Albares ordenó a la embajada en México que no pidiera una reunión con López Obrador

Sin embargo, Albares no ha previsto durante su visita ninguna reunión con el máximo dirigente mexicano. Se pone así fin a una tradición seguida en las últimas décadas. Cuando un ministro de Asuntos Exteriores visita un país iberoamericano este es recibido por el principal cargo público de ese estado, si esa reunión se demanda. Y viceversa, cuando un canciller iberoamericano visita España, este es recibido por el Rey. Así ha ocurrido siempre. Por ejemplo, Enrique Peña Nieto recibió a los ministros españoles Trinidad Jiménez y Miguel Ángel Moratinos . Sin embargo, Albares no ha pedido este encuentro, sino que ha preferido tan solo reunirse con su homólogo , Marcelo Ebrard. Es más, según fuentes diplomáticas consultadas por ABC, el ministro español de Asuntos Exteriores dio instrucciones al embajador de España en México, Juan López-Dóriga Pérez , para que no solicitase la reunión.

La visita oficial de Albares pendió de un hilo hasta el viernes, cuatro días antes de la fecha prevista de inicio de un viaje que se planteó a finales de enero en Honduras , durante la toma de posesión de Xiomara Castro. Las relaciones entre México y España eran buenas en ese momento, pero todo se comenzó a torcer cuando López Obrador propuso «una pausa» el pasado 9 de febrero . Ayer, en su rueda de prensa diaria, dio la bienvenida a Albares, volvió a recordar esa «pausa» e incidió en sus críticas a España. Para Obrador, las empresas y la élite económica y política española «no han actuado con decencia» . «Nuestra política exterior no puede olvidar lo que ha sido nuestra historia», afirmó el presidente mexicano, que recordó la «invasión» española: «Nos trataron como colonia», aseveró. La pausa, advirtió, «no significa ruptura de relaciones» sino una nueva fase para «reflexionar». «Vamos a buscar restablecer por completo las relaciones cuando se entienda que vivimos una etapa nueva en la vida pública de México», alegó.

Las relaciones bilaterales entre países, sin embargo, pueden sobrevivir a las declaraciones incendiarias de un mandatario, incluso aunque las mantenga en el tiempo. Es lo que ha ocurrido en este caso: el encuentro de Albares y Ebrard demostró que el anuncio de la «pausa» con España de López Obrador no se traduce en nada. De alguna forma, esta visita oficial -según las mismas fuentes- buscaba «desacreditar» al presidente mexicano . Ayer, ambos países reafirmaron su relación de hermandad en una visita que se produjo días antes del 45 aniversario de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre México y España.

Los ministros coincidieron en los beneficios de las inversiones en sus respectivos países y firmaron cuatro memorandos de entendimiento relacionados con el establecimiento de la subcomisión política permanente bilateral; en materia de colaboración en política exterior feminista; para modificar el Convenio Básico de Cooperación Científica y Técnica; y en el marco de la celebración de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible.

«No sé muy bien qué quiere decir pausa, en cualquier caso mi visita acelera esa relación , que no es nada nuevo, se acelera ya desde hace muchos años», declaró ayer Albares, durante una rueda de prensa conjunta con Marcelo Ebrard. «Año a año hay más españoles en México y más mexicanos en España», añadió. Ebrard coincidió con Albares y, además, reconoció que «la relación entre España y México ya tiene una enorme densidad» desde hace años.