La nueva lista de la droga de Duterte

En este sentido, «Bato» dela Rosa confirmó una nueva fase de la campaña conocida como «Toktok-Hangyo» (llamar y alegar) para convencer a las celebridades consumidoras.

Otros, en cambio, no gozarán de esa persuasión «amistosa».

Convertida en una de sus principales promesas de campaña, Duterte, quien asumiera la Presidencia el pasado 30 de junio, aboga por un plan de recompensas para acabar con los señores de la droga , así como por el regreso de la pena de muerte. Una política importada de sus dos décadas como alcalde en la ciudad de Davao. «Si te resistes y muestras resistencia violenta, mi orden a la Policía será disparar a matar. Disparar a matar contra el crimen organizado. ¿Habéis oído esto? Disparar a matar contra el crimen organizado», proclamó tras conocer su victoria.

Desde entonces, en apenas cuatro meses, cerca de 2.300 personas han muerto en operaciones policiales o asesinados por patrullas ciudadanas (a pesar de que la cifra original era de 3.600 personas, el guarismo fue reducido este mes por la propia Policía).

No es el único número que salpica sangre. De acuerdo al propio Duterte, el país cuenta con cerca de 3,7 millones de adictos en su territorio. La estimación, no obstante, parte de una falacia.

La propia agencia anti-narcóticos (PDEA) reconoce que esta estimación se basa en el informe mundial de Naciones Unidas sobre drogas , donde se muestra el porcentaje estimado (5,2%) de adultos (de 15 a 64 años) que han consumido sustancias estupefacientes en el año anterior. Por ello, para la PDEA, con 65,1 millones de individuos en este sector poblacional, la cifra se acercaría a los 3,4 millones en Filipinas. Sin embargo, éste es un promedio mundial y no puede ser aplicado directamente. A su vez, la última encuesta de la junta de drogas peligrosas de la oficina del presidente de Filipinas estima en 1,8 millones el número de usuarios ( con solo el 21,% de estos, consumidores diarios ).