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Mélenchon intenta unir a la izquierda francesa bajo el paraguas populista

El líder de La Francia Insumisa ultima un acuerdo con el PS, el PCF y los Verdes para las legislativas

El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon Reuters
Juan Pedro Quiñonero

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Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) , está negociando con Europa-Ecología Los Verdes (EELV), el PCF y la dirección del PS, un «acuerdo histórico» de «unión popular» , aspirando a conseguir en las elecciones legislativas del mes de junio una mayoría parlamentaria contra la Unión Europea, la Alianza Atlántica y Emmanuel Macron.

La dirección de LFI y EELV llegaron el lunes a un acuerdo de principio, que el PCF espera poder suscribir «con rapidez». Las negociaciones entre el partido de Mélenchon y la dirección del PS corren el riesgo de ahondar la crisis más grave de la historia del socialismo francés.

Desde el año 2017 y en una Asamblea Nacional de 577 diputados , LFI tiene 17; el PS, 24; el PCF, 11; y EELV, ninguno. En total, hoy, 52 diputados de izquierdas, cuando el partido de Emmanuel Macron, La República En Marcha, tiene 267, y cuenta, así mismo, con el apoyo parlamentario de otros 79 diputados centristas y liberales.

Grandes rupturas

Mélenchon dice estar convencido de que su proyecto de Unión Popular permitirá conseguir una mayoría parlamentaria que obligaría a Macron a nombrarle primer ministro. El líder de extrema izquierda está dispuesto a salir de la Alianza Atlántica y avanzar los peones de un inconfesable ‘frexit rojo’ (salida de Francia de la UE), negarse a respetar los tratados de libre comercio (por «ultracapitalistas»), las normas presupuestarias de la zona euro (por «antifrancesas»), y anunciando la violación de muchas normas europeas negociadas entre los miembros de la UE durante las últimas décadas.

Sin presencia en la Asamblea Nacional, EELV ha aceptado tal proyecto gubernamental aspirando a conseguir algunos diputados. El PCF ha sido históricamente un partido antieuropeo, anti Alianza Atlántica: no tendrá problemas para aceptar los proyectos ultranacionalistas de Mélenchon.

En el seno del PS, las negociaciones de la dirección con LFI han desenterrado el riesgo de un cisma histórico en la historia del socialismo francés, que François Hollande, expresidente de la República, ha denunciado en estos términos: «Creo que la dirección del PS terminará rechazando el acuerdo con Mélenchon . Un acuerdo de ese tipo significaría que el PS ha decidido desaparecer. El acuerdo propuesto por Mélenchon también es inaceptable desde el punto de vista electoral, ya que significaría la desaparición de las candidaturas socialistas en dos tercios o tres cuartos de las circunscripciones».

Abundando en esas críticas, Jean-Christophe Cambadélis, ex secretario general del PS, hace este análisis de fondo: « Mélenchon no puede unir a las izquierdas ni a los franceses . El programa de Mélenchon es una ruptura con la historia del socialismo francés».

El acuerdo entre LFI y EELV quizá tenga una cierta dimensión simbólica . En la primera vuelta de la elección presidencial, el 10 de abril pasado, Mélenchon consiguió el 21,95 por ciento de los votos, detrás de Macron (27,85) y Le Pen (23,14). El candidato ecologista, Yannick Jadot, solo consiguió el 4,63 por ciento. Con esos resultados y 17 diputados, de extrema izquierda y ecologistas, no pueden esperar milagros, incluso si el PCF se suma al acuerdo de Unión Popular.

Victoria extremista

La eventual participación del PS en el proyecto de Mélenchon tendría dos consecuencias sin duda históricas: división fratricida del socialismo francés y triunfo en Francia de una izquierda antieuropea, anti Alianza Atlántica, con un programa que ha sido calificado de ‘frexit rojo’: sacar a Francia de la UE, desde la izquierda populista.

Jean Quatremer, especialista en temas europeos del matutino ‘Libération’, resume ese problema de este modo: «Con Mélenchon, la izquierda proeuropea está desapareciendo en Francia , donde siempre hubo dos izquierdas: una proeuropea, encarnada por los socialistas; y otra soberanista, encarnada por los comunistas. Como el partido de Marine Le Pen, el partido de Mélenchon no propone un ‘frexit’ brutal, pero avanza, enmascarado, para conseguir el mismo resultado, aplicando el principio de la desobediencia europea, cesando de aplicar las normas y tratados europeos en materia de competencia comercial, libertad de circulación de capitales o rompiendo con los programas de Europa de la defensa».

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