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Macri se resigna y le mete el bisturí al Gobierno

El presidente de Argentina prepara cambios de ministros y recorte de ministerios

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Mauricio Macri está dispuesto a dar su brazo a torcer. Esto es, a meter el bisturí a fondo en su Gobierno y reducir, prácticamente a la mitad, el número de ministerios (suprimiría diez) y prescindir de algunos de sus hombres de confianza. Entre otros, salvo corrección de última hora, de los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui . Marcos Peña , su mano derecha, se salvaría de la quema.

Todo sea por calmar a los mercados, convencer a la población de que es capaz de cambiar las coordenadas del GPS de la economía y trasmitir confianza a los argentinos y al resto del mundo, incluido el FMI (Fondo Monetario Internacional) que le está garantizado la supervivencia financiera.

La presión de la última semana, con un dólar desbocado que llegó a superar los 40 pesos, sumado a una prima de riesgo cercana a los ochocientos puntos, la tensión social, una inflación que podría superar el 35 por ciento anual, un sindicalismo con movilizaciones para septiembre y una oposición que no se decide a colaborar en la gobernabilidad, forzaron a Macri a dar un volantazo al que lleva demasiado tiempo resistiéndose.

El último capítulo de la crisis que sacude el país -según la prensa argentina- empezará a escribirse este lunes, cuando el presidente presente al mundo el rostro de un nuevo Gobierno y este, al menos es lo que parece, no será únicamente cuestión de maquillaje.

El fin de semana se convirtió en una sesión interminable de reuniones en la residencia presidencial de Olivos. La ronda de consultas del Presidente incluyó al ministro del Interior, Rogelio Frigerio , que gana posiciones en el Gobierno, a Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, a gobernadores afines ala coalición gubernamental de Cambiemos, a los jefes de bloque del Congreso y el Senado y a economistas, políticos y exministros suyos. Entre estos, a Alfonso Prat Gay , el hombre que tomó las riendas del Ministerio de Economía el primer año de Gobierno de Macri y que logró terminar con el denominado «cepo al dólar», liberar el mercado de compra venta de divisas, sacar a Argentina, en términos absolutos, de la cesación de pagos y volver a colocar (con ayuda de otros) al país en el mapa del mundo. Prat Gay se fue en enero del 2017 como un caballero. Le enseñaron la puerta trasera de salida por no pertenecer al círculo cerrado o al club de los macristas puros y en las últimas horas se perfila como el próximo Ministro de Asuntos Exteriores. Algunos medios lo dan por seguro pero otras fuentes advierten que todavía no hay nada cerrado pero el actual canciller, Jorge Faurie tendría las horas contadas.

Figura clave

Lo que parece no estar en discusión es la permanencia de Marcos Peña como jefe de Gabinete, un puesto incorporado, en la reforma constitucional de 1994, como puente o correa fluida de transmisión ministerial y con la oposición. Ese cargo o, en rigor, su titular es la figura que más críticas desata en las filas de dentro y de fuera del Gobierno. Cobrarse la cabeza de Peña, sería un trofeo insuperable para aquel que lo lograse. Dicho esto, hoy por hoy, es una utopía. Para Macri es su mano derecha además de sus «ojos y mi inteligencia» (sic) junto a Gustavo Lopetegui y Mario Quintana , piezas que se dan ya por amortizadas. Ambos saldrían de sus despachos en la Casa Rosada y se rompería ese triángulo todopoderoso que otros ministros veían como una máquina de fabricar de obstáculos. Una de la hipótesis que se baraja es que ocupen alguna de las Carteras que quedarán vacantes. En cuanto al tijeretazo de una decena de Ministerios, que pasarían a ser Secretarías de Estado, se mencionan los de Modernización, Ciencia y Tecnología, Ambiente y Desarrollo Sustentable y, entre otros, Cultura.

El Ministerio de Economía, pesadilla eterna de los gobiernos de la democracia (1982), es otra de las Carteras en la diana de las reformas pero, en éste caso, parece difícil –o cerca de lo imposible aventurar un cambio de su titular cuando el martes el ministro Nicolás Dujovne debe estar en la misma mesa con Christine Lagarde para renegociar los anticipos de la línea de crédito de cincuenta mil millones de dólares concedida hace unos meses.

En este contexto, no se descarta que más adelante ese puesto pudiera ocuparlo Carlos Melconian , otro economista tratado con guante de lija por Macri al cesarle al frente del Banco Nación, también en enero del pasado año. Entonces, como ahora, se declaró, «un soldado incondicional del presidente».

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