Juan Guaidó: «Maduro es un dictador que quiere reinar sobre los cadáveres de los venezolanos»

Desde que el régimen de Venezuela convocó las elecciones parlamentarias la oposición aseguró que era una «farsa electoral». ¿Por qué?

Lamentablemente a los venezolanos se les está cercenando su derecho a elegir. Si yo hubiese querido postularme para ser candidato no habría podido por mi inhabilitación. En mi situación también está Leopoldo López, Henrique Capriles y por lo menos 35 diputados venezolanos que se encuentran en el exilio. Tampoco hubiésemos podido postularnos por el partido porque, por ejemplo, donde milito (Voluntad Popular) está secuestrado por la dictadura, al igual que Primero Justicia, Acción Democrática, etc. Hoy no hay derecho a elegir en Venezuela, hay un imposición de la dictadura que pretende usurpar el Parlamento nacional y aniquilar la alternativa democrática en el país, como sucedió en Cuba en su momento. Por eso rechazamos el fraude y presentamos una alternativa con la consulta popular.

Cuándo manifiesta que no existen condiciones mínimas para ir a las urnas, ¿a qué se refiere?

Son condiciones que unifican no solo la voluntad de los venezolanos sino también la de la comunidad internacional. Lo primero es el cronograma de elecciones, nosotros estamos exigiendo elecciones presidenciales y parlamentarias como solución a la crisis; el derecho a elegir y a ser elegido, no a través de persecuciones e inhabilitación política, asesinatos, tortura y exilio forzado de dirigentes que no pueden ser candidatos, o el derecho de la diáspora a elegir; hoy más de 5,4 millones de venezolanos en el extranjero no pueden votar a sus representantes. Adicionalmente, el árbitro de la contienda (en referencia al Consejo Nacional Electoral) debe ser un órgano elegido por la Asamblea Nacional (AN) y no por el Tribunal Supremo como lo hizo Maduro; luego que haya observadores internacionales y, por último, que sean las formaciones políticas las que designen legítimamente a sus candidatos. Es como si en España un tribunal decidiera quienes son los líderes del PSOE, PP, VOX, Ciudadanos o cualquier otro partido.

El chavismo ha desplegado grandes recursos para llamar a la participación ciudadana. ¿Los venezolanos se van a movilizar masivamente?

A pesar de la censura y la desinformación promovida por el régimen, la participación en el fraude que pretende Maduro va a ser muy baja. ¿Por qué? Porque no hay confianza en las elecciones, porque Maduro no representa un cambio en el país y porque no está participando la oposición. Debo decir con preocupación que, por primera vez en mucho tiempo, se siente tan palpable la censura y cómo no, si en la prensa nacional no se permite utilizar las palabras «consulta popular» que es la terminología que hemos planteado, pero tampoco se puede mencionar mi nombre. Por supuesto cerrarían el canal de televisión o la estación de radio. El régimen se quedará solo en su fraude como lo está a nivel diplomático, internacional y por el desprecio de los venezolanos.

¿La comunidad internacional va a rechazar las elecciones de Maduro?

Ya lo hace. El mundo, EE.UU. Europa y la OEA rechazan este proceso que no podemos llamar elección. No tengo dudas de que mañana (por hoy) se sumarán voces a este desconocimiento primero de los venezolanos y luego de la comunidad internacional. En definitiva, Maduro va a quedar mucho peor después de esta farsa, y va a tener consecuencias mucho peores porque está claramente señalado como responsable de crímenes de lesa humanidad.No nos olvidemos, que sobre Maduro pesa una recompensa por 15 millones de dólares por su captura por narcotráfico.

Cómo alternativa, su Gobierno interino planteó una consulta popular para el próximo sábado ¿Qué más se le va a preguntar a los venezolanos?

En el mundo hay una pandemia y es complejo expresar y exigir nuestros derechos en medio de está crisis sanitaria y, sobre todo, por la represión, la persecución y la censura del régimen. La consulta popular es un mecanismo que está amparado en la Constitución en el artículo 70 y representa un ejercicio de mayoría, de rechazo al fraude, de exigencia de una solución a través de unas elecciones generales verificables, de pedir el respaldo del mundo para avanzar en presiones diplomáticas para solucionar la crisis. También es una forma de no sentirnos en minusvalía ante una dictadura. Somos una inmensa mayoría lamentablemente en desventaja. Lo que nos estamos jugando es la existencia de la alternativa democrática en Venezuela, de la interlocución legítima del pueblo y seguiremos firmes en esta exigencia.

¿Qué diferencia plantea esta consulta con respecto a la que se hizo en 2017?

El mecanismo no deja de ser útil. Un penalti fallado no significa que no es una jugada para hacer gol. Por cierto, en la consulta de 2017 preguntamos por el rechazo a la Constituyente y por eso nadie la reconoció en el mundo y preguntamos sobre la necesidad de instalar un gobierno de emergencia nacional el cual instalamos con el obierno interino en 2019. Nosotros no vamos a preguntar a los venezolanos si quieren comer, todos queremos comer; no vamos a preguntar si queremos vivir en democracia, todos queremos vivir en democracia eso es un derecho, no se consulta; no vamos a preguntar si quieren vivir en libertad. La consulta popular es la lucha por conquistar nuestros derechos no es un fin en sí mismo.

¿Cómo se podrá auditar?

El mecanismo que se seleccionó por parte del comité organizador es el que llaman «blockchain» que permite verificar, validar y almacenar todo tipo de información con un proveedor que ha trabajado en elecciones digitales en Eslovenia, con un software bastante avanzado a nivel de tecnología digital. Y por supuesto, la presencia física de las personas en los sitios dispuestos para realizar la votación. Queda claro la manifestación de nuestra voluntad para brindar al proceso una total transparencia.

Más del 60% de los venezolanos no apoyan los comicios de Maduro ni la consulta que propone usted ¿Qué pasará si la participación es baja?

El riesgo de participar es la persecución, la tortura, y la represión. La impresión de un folleto para nosotros promover la consulta es una hazaña en Venezuela porque luego al proveedor se le persigue o se le cierra. Algo tan sencillo como distribuir el folleto es aún más complicado porque si te agarra la policía con una caja de folletos con la consulta de Juan Guaidó vas preso. A eso nos exponemos en Venezuela. Pero tengo la convicción de que va a acudir mucha gente tanto fuera como dentro del país. Algo importante que ya saben los venezolanos es que no hay una sola opción que saque a la dictadura, sino que es la combinación de la presión internacional, las sanciones, el respaldo diplomático, la atención a la crisis y la presión interna.

A partir del 5 de enero comienza una nueva fase política. Maduro y Cabello han dicho que van a perseguir a los opositores que formaban parte de la anterior Asamblea Nacional una vez se instale la electa ¿Cómo va a hacer el bloque de 100 diputados para seguir ejerciendo sus funciones?

Este es precisamente el gran reto que tenemos hoy. Las amenazas de Maduro no son vacías porque no va a comenzar la persecución sino que la va a continuar. Es decir, ya hemos visto en la cárcel a diputados como Juan Requesesn, como allanaron la inmunidad parlamentaria, el asalto a la sede del Parlamento y cómo la tomaron militarmente. Para nosotros, no es un escenario nuevo el próximo 5 de enero. Pero quiero enviar una alerta a la comunidad internacional de que estas amenazas son reales.

Entre esas amenazas está la posibilidad de ir preso...

Bueno, todo mi entorno está preso o perseguido. Mis colaboradores, mi madre, mi hermano salió como muchos por las costas venezolanas hasta una isla del caribe. No es un riesgo nuevo, pero lo asumimos con responsabilidad.

Si las cosas se complican ¿se iría al exilio?

Eso es lo que quiere la dictadura. Pero no vamos s dejar sola a nuestra gente.

¿Está usted esperando una postura más crítica de la UE y de España de rechazo a Maduro?

Esperamos que Europa demuestre la firmeza que han demostrado hasta el momento, que desconozcan el proceso fraudulento de Maduro y reconozca a la Asamblea Nacional como el interlocutor de los intereses del pueblo de Venezuela. Para solucionar el conflicto necesitamos una interlocución legítima que lo representa la AN y, en definitiva, la presidencia encargada. Maduro quiere ser un dictador reinando sobre los cadáveres de los venezolanos y que sea con él con quien se tengan que entender.