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Erdogan ultima con Putin la compra de misiles S-400

El presidente viaja a Ankara para acercar posiciones sobre la guerra de Siria

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en el palacio presidencial de Ankara REUTERS

NÚRIA VILÁ

La visita el pasado jueves del presidente de Rusia Vladímir Putin a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan , en Ankara ha servido para resolver los últimos detalles para la compra por parte de Turquía del sistema ruso de defensa antiaérea de misiles S-400. El anticipo de la compra suscitó las reticencias de la OTAN al tratarse de una tecnología incompatible con la de la Alianza Atlántica, a la que Ankara pertenece desde 1952. Con el acuerdo, Rusia se convierte en el tercer mayor exportador de armas a Turquía, después de Alemania y EE.UU.

El nuevo material adquirido por Ankara consiste en un sistema de protección antiaérea valorado en unos 2,5 billones de dólares y puede derribar aviones y misiles balísticos a una distancia de hasta 400 km. A día de hoy, los misiles S-400 son considerados unos de los sistemas más avanzados del mundo y convierten a Turquía en el primer miembro de la OTAN en poseerlos, según el diario «Hurriyet».

El Pentágono lanzó la señal de alarma a finales de julio, apuntando que «generalmente es una buena idea para los aliados comprar equipamiento» compatible con los sistemas de armas de la OTAN. «Estamos obligados a tomar medidas de seguridad y defensa para defender a nuestro país», respondió Erdogan. A la hora de anunciar el pago del depósito del acuerdo, Moscú afirmó que «todas las decisiones tomadas en este contrato corresponden a nuestros intereses estratégicos», manifestando asimismo entender «muy bien la reacción de algunos de nuestros socios occidentales que están tratando de presionar a Turquía».

Otro de los frentes de colaboración entre ambos países, es, junto con Irán, la implementación de los acuerdos de supervisión del alto el fuego en Siria , firmados el 15 de septiembre en Kazajstán y que se aplicarían principalmente en zonas de Idlib, Latakia, Hama y Alepo con el objetivo de poner fin al conflicto sirio.

No ha faltado sobre la mesa el referéndum de independencia en el Kurdistán iraquí , al que Ankara se opone firmemente, y que es visto de forma más reservada desde Moscú. Rusia, con intereses económicos en la región, ha afirmado que respeta las aspiraciones nacionales kurdas. «Los conflictos entre Bagdad y Erbil deben resolverse mediante el diálogo para encontrar una fórmula para la convivencia dentro del estado iraquí», afirmó con equidistancia el ministerio de Exteriores ruso.

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