El disidente chino ciego denuncia represalias contra su familia

Gracias a un acuerdo entre bambalinas, el Gobierno chino ha dejado entrever que, “como cualquier otro ciudadano normal”, Chen Guangcheng podrá marcharse a “estudiar” a la Universidad de Nueva York , que le ha concedido una beca, porque no tiene ninguna causa pendiente con la justicia. A esta nueva vida en libertad podrán acompañarle su esposa y dos hijos, pero la suerte que corran los familiares que se queden en China será muy distinta.

Según denunció el disidente a la agencia AP, las represalias ya han comenzado contra su hermano y su cuñada, confinados bajo arresto domiciliario. Su sobrino, Chen Kegui, ha sido detenido por supuesto “intento de homicidio” al enfrentarse a los cuadros del Partido Comunista que buscaban al activista tras su heroica fuga de película. Además, la Policía ha restringido los movimientos de otros parientes y ha vuelto a sellar el pueblo de Dongshigu. “Espero que este asunto tenga repercusión para que los abogados puedan hablar con mis familiares porque, de lo contrario, no les dejarán verlos para defenderlos”, explicó Chen Guangcheng, quien criticó que es “horrible que se estén vengando así de mi familia”.

Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland, expresó al régimen chino su “preocupación por que hubiera algún tipo de represalia”.

En un comunicado, la ONG Defensores Chinos de los Derechos Humanos (CHRD, en sus siglas en inglés) alertó de que la “situación de la anciana y enferma madre de Chen sigue siendo desconocida” y denunció que uno de sus seguidores, el abogado Jiang Tianyong, había sido “detenido y golpeado por la Policía” . “Actualmente, no hay ningún indicio de que las autoridades vayan a investigar la violación de derechos que Chen y su familia han sufrido, ni las represalias y acoso al que se enfrentan sus parientes y seguidores”, criticó la organización.

A pesar de la ceguera que sufre desde la infancia, Chen Guangcheng, de 40 años, estudió Derecho para denunciar los abusos que padecían sus paisanos en el distrito de Linyi, sobre todo las esterilizaciones masivas y abortos forzosos para cumplir la “política del hijo único”. En 2006, fue condenado en un oscuro proceso judicial y, tras pasarse cuatro años en la cárcel , llevaba desde septiembre de 2010 confinado bajo arresto domiciliario hasta que, el pasado 22 de abril, burló a sus guardianes y huyó solo en plena noche buscando una nueva vida en libertad.