El disidente ciego chino: «Mi esperanza es viajar con mi familia a EE.UU. en el avión de Clinton»
Chen Guangcheng, que desconfía del acuerdo alcanzado con el régimen de Pekín, quiere salir del país por miedo a represalias
Pablo m. díez
Nueva vuelta de turca en la fuga de película protagonizada por el disidente ciego Chen Guangcheng, que puso en ridículo a la Policía china al huir solo de su arresto domiciliario en su pueblo de Dongshigu (provincia oriental de Shandong) el pasado 22 de abril ... . Tras refugiarse durante seis días en la Embajada de Estados Unidos de Pekín y abandonarla on la promesa de que el régimen chino respetaría su libertad y garantizaría la seguridad de su familia, el activista quiere ahora exiliarse por miedo a futuras represalias.
«En las últimas 12 ó 15 horas la familia ha cambiado de opinión sobre si quiere quedarse en China», reconoció la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland , quien añadió que «debemos consultarles más, tener una mejor idea de lo que quieren y considerar juntos sus opciones».
«Quiero marcharme al extranjero y que EE.UU. nos ayude a mí y a mi familia como lo hizo antes. No me siento seguro aquí, deseo irme», explicó por teléfono a la agencia France Presse el propio Chen desde su habitación del Hospital de Chaoyang, donde se encuentra ingresado para curarse de las heridas que sufrió durante su heroica fuga. Previamente, e n declaraciones al portal de noticias en internet «The Daily Beast», había anunciado: «Mi ferviente esperanza es que mi familia y yo podamos marcharnos en el avión de Hillary Clinton». La secretaria de Estado de EE.UU. asiste en Pekín a la reunión bilateral anual de su país con las autoridades chinas.
El activista ha cambiado de parecer por miedo. Según relató a la cadena de televisión CNN, su esposa no sólo fue interrogada tras su huida, sino atada durante dos días a una silla y amenazada de muerte si él no regresaba a Shandong. Aunque Chen Guangcheng dejó la legación estadounidense confiando en que el Gobierno central iba a investigar el ilegal arresto domiciliario al que lo sometían las autoridades de su pueblo, luego se encontró solo en el hospital, al que había sido acompañado por el embajador Gary Locke y otros diplomáticos americanos. « Me he enterado de que no los dejan entrar» , dijo a la BBC desde el centro médico, rodeado por la Policía.
Por su parte, el embajador Locke negó haber presionado a Chen para marcharse e insistió en que jamás pidió asilo político. «Era muy consciente de que podía haberse pasado muchos años en la Embajada», indicó Locke, para quien el acuerdo alcanzado con el régimen chino «puede que no sea todo lo que la familia Chen quería, pero es una buena proposición».
Relaciones con EE.UU.
Este rocambolesco caso ha enturbiado las siempre difíciles relaciones entre EE.UU. y China, que celebran durante este jueves y viernes su reunión anual bilateral con la presencia del secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y la responsable de la diplomacia de la Casa Blanca, Hillary Clinton. El encuentro, que debía abordar sus diferencias sobre la apreciación del yuan y acerca de Siria, Irán y Corea del Norte, ha quedado eclipsado por la evasión de Chen. Mientras Clinton instaba al autoritario régimen de Pekín a respetar los derechos humanos, el presidente chino, Hu Jintao, advertía que «tenemos que aprender a respetarnos y solventar nuestras diferencias con comprensión para que no erosionen nuestras relaciones». Airadas por la repercusión internacional de este episodio, las autoridades chinas han criticado a EE.UU. por ocultar al disidente en su Embajada y han acusado a la Casa Blanca de «interferir en asuntos domésticos», exigiendo una disculpa y una investigación.
Apodado el «abogado en alpargatas» por sus orígenes humildes, este activista de 40 años, que perdió la vista de niño, se ha ganado la enemistad del régimen por criticar las campañas masivas de abortos y esterilizaciones forzosas en Shandong. Sus denuncias, profusamente documentadas, pusieron el dedo en la llaga de la política del «hijo único» impuesta por el Gobierno a finales de los 70 y destaparon las irregularidades en su cumplimiento por parte de las autoridades locales. Tras pasar cuatro años en la cárcel, fue confinado bajo arresto domiciliario en septiembre de 2010 , hasta que pudo burlar a sus guardianes y escabullirse en la oscuridad en su desesperada huida hacia la libertad.
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