La disidencia interna cubana, pesimista ante el Congreso del partido único

Entre las voces con pocas expectativas ante el cónclave comunista destacan la bloguera Yoani Sánchez y el periodista independiente Guillermo Fariñas , ganador del último Premio Sájarov del Parlamento Europeo tras protagonizar una huelga de hambre por 134 días por la causa de los presos políticos.

Sánchez dijo a Efe que este Congreso del PCC adolece de "un pecado original" que "lamentablemente no puede superar": es el del "único partido permitido en una organización que no permite la existencia de otra y ya por ahí todo marcha torcido".

"Creo que no podrá dar soluciones a los enormes y profundos problemas que tiene la realidad cubana de hoy, ni impulsar los cambios que necesitamos para dejar de creer que vivimos en una isla a la deriva y empezar a pensar que vivimos en un país con un proyecto de desarrollo", apuntó la autora del blog "Generación Y".

A su juicio, este congreso "está obligado a dar algunas migajas de cambio que motivarán, impulsarán y obligarán a los cambios".

Yoani Sánchez compara el sistema cubano con "una de esas casas carcomidas y apuntaladas de La Habana Vieja que han resistido decenas de huracanes y un buen día a alguien se le ocurre quitar la bisagra de alguna puerta y la casa se desploma".

Las expectativas de Guillermo Fariñas ante la más importante reunión que celebra el PCC desde 1997 se basan en el "pesimismo" y "si acaso harán algún tipo de concesión económica", pero no espera "concesiones sociales de ningún tipo, y mucho menos políticas".

"Un partido no se puede arrogar el derecho de hablar por todo un pueblo y hay que tratar de que el pueblo pueda tener un Asamblea Nacional, un Congreso o Parlamento en el que estén representados todos los sectores y tendencias políticas y unas elecciones democráticas", subrayó.

Fariñas ve como "una cortina de humo" las medidas económicas que pueda aprobar el Congreso y otras ya puestas en marcha por el Ejecutivo que preside Raúl Castro, como la ampliación del trabajo por cuenta propia.

El periodista considera que la posibilidad de que se oficialice la renuncia del expresidente Fidel Castro como primer secretario del PCC "no va a cambiar en nada lo que está ocurriendo desde el punto de vista económico, político y social ; es sólo una cuestión de forma, de apariencia".

Para el opositor Oswaldo Payá , coordinador del Movimiento Cristiano Liberación y premio Sájarov 2002, los relevos orgánicos en el PCC son "poco importantes para el pueblo porque en definitiva hay un grupo de poder que se comporta como una oligarquía y la propia sucesión es la prolongación de la antidemocracia".

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) no espera que el cónclave comunista dé respuesta alguna a la situación de los derechos civiles y las libertades en la isla.

"Todo seguirá igual en ese campo", opina Elizardo Sánchez, portavoz de la CCDHRN, quien recordó que Cuba presenta la peor situación de Latinoamérica en derechos civiles, económicos y culturales a lo que se suma, a su juicio, un deterioro de los derechos sociales.

En cuanto a las medidas económicas, Sánchez no cree que el PCC vaya más allá de cambios "limitados y de poco calado" que no satisfacen la necesidad de reformas "tras medio siglo de modelo económico ruinoso y fallido".

Para el economista disidente Oscar Espinosa Chepe, uno de los 75 opositores que fueron encarcelados en la ola represiva de la "Primavera Negra" de 2003 y luego excarcelado por motivos de salud, el plan de ajustes propuesto por Raúl Castro contiene "algunas medidas razonables", pero son "pocas, limitadas y tardías".

En su criterio, son "absolutamente insuficientes" para dar una salida a una crisis que "cada vez con mayor intensidad asfixia a la población" y "mantienen los dogmas y concepciones desfasadas que han conducido a Cuba al desastre".