La derecha, clara favorita en las presidenciales lusas

El principal hándicap que deben vencer estos comicios es el fantasma de la abstención, aún mayor que en las legislativas. De hecho, en las anteriores presidenciales alcanzó casi el 54%. A partir de ahí, sólo se dará por concluido el proceso si uno de los candidatos logra más del 50% de los sufragios. En caso contrario, debería celebrarse una segunda vuelta el 14 de febrero.

Pero en absoluto debe considerarse esta votación como desprovista de contenido respecto a la formación del Ejecutivo y el nombramiento del primer ministro, pues la figura del presidente adquirió gran relevancia después de que pasaran por el cargo los históricos Jorge Sampaio, Ramalho Eanes y Mario Soares. Suya es la potestad de encargar gobierno o vetar las leyes, que deben pasar por sus manos una vez aprobadas en la Asamblea de la República.

El citado triunvirato pudo haber sido el mejor aval para Sampaio da Nóvoa, pero los sondeos dan como claro favorito a Rebelo de Sousa, excomentarista estelar de la cadena privada TVI y, precisamente por eso, el más popular de los 10 que compiten este domingo. Sólo él parece encandilar a la mayor parte del electorado con la solvencia suficiente para no necesitar multiplicarse en una campaña añadida 15 días después.

Hasta el propio José Mourinho ha mostrado públicamente su respaldo a Marcelo Rebelo de Soussa, en un mensaje de vídeo difundido al otro lado de la frontera y en el que el exentrenador del Real Madrid admite que «en este momento delicado para el país, es el hombre que necesitamos».

Después de la ecuanimidad mostrada en la legislatura precedente, cuando coincidían los conservadores Cavaco Silva y Passos Coelho en los dos puestos clave para dirigir los destinos del país (presidente y primer ministro, respectivamente), el panorama puede dar un vuelco a partir de ahora.

Si se concreta la victoria de Marcelo Rebelo de Sousa, la cohabitación con António Costa no será fácil. Se comenta incluso en los círculos políticos de Lisboa que tal vez la «operación Rebelo de Sousa» podría esconder la mano de Passos Coelho, no implicado en su propuesta pero en evidente sintonía con él.