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Coronarivus

Preguntas sin respuesta en Wuhan

A pesar de elevar China la cifra de fallecidos por el coronavirus, en Occidente siguen las sospechas sobre sus datos y origen

Estrictos controles de identidad y temperatura para entrar en los comercios de Wuhan Pablo M. Díez
Pablo M. Díez

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El 1 de abril llegamos a Wuhan, epicentro del coronavirus, en busca de respuestas sobre esta pandemia que está cambiando el mundo. Casi tres semanas después, nos vamos sin ellas, al menos las más importantes: cuántas vidas se cobró la enfermedad en realidad ... y dónde se originó . Entre medias quedan 19 días muy intensos profesional y personalmente, en los que hemos llorado por las víctimas en el Día de los Difuntos de China, hemos visto la vida distópica que nos espera tras la reapertura de Wuhan, nos hemos emocionado con las historias de los supervivientes, nos han hecho la prueba del coronavirus dos veces y, siguiendo su costumbre, la Policía nos ha echado de sitios sensibles como cementerios, funerarias y crematorios. Como suele ser habitual en este país, esta última crónica de Wuhan refleja más lo que no nos han dicho que lo que nos han dicho, las entrevistas rechazadas por miedo en lugar de las declaraciones explosivas y los silencios incómodos en las ruedas de prensa en vez de las explicaciones con todo detalle de la propaganda. Así es China, la superpotencia emergente que planteaba un modelo de desarrollo alternativo a las democracias occidentales y ahora es acusada de haber provocado la mayor catástrofe global de nuestra generación. A su presidente Xi Jinping, que aspira a perpetuarse en el poder como si fuera el Mao del siglo XXI, ya le piden explicaciones desde Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.

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