Brigadistas 'milenial': los jóvenes españoles seducidos por luchar en Ucrania

Desde que el Gobierno ucraniano creó su legión extranjera, este goteo de voluntarios ‘millennials’ es constante en muchas ciudades de toda España. «Actualmente trabajo en Balearia, pero cuando estalló la guerra decidí que quería estar allí. Lo que está ocurriendo es una injusticia muy grande. Que un país tan grande como Rusia esté atacando así... Ucrania se están defendiendo con dos cojones , eso te hace pensar», explicaba ayer a ABC ‘Ragnar’, un joven catalán de 25 años que prefiere esconder su identidad real tras el nombre de esta deidad de la mitología nórdica. «Lo veo como una acción patriótica, pero también como una forma de solidaridad», resaltaba vestido de chándal gris y bambas, como si le fueran a hacer la prueba de acceso a la milicia allí mismo. Este joven alto y de piel clara presumía también de una frase en su camiseta, estampada por él mismo. «Donde los valientes viven para siempre».

Comprensiblemente, la mayor parte de los jóvenes que quieren enrolarse estos días en las milicias ucranianas no tienen experiencia de combate ni han manejado nunca un arma, como mucho, alguna pistola de ‘airsoft’, una práctica cada vez más de moda en España consistente en simular batallas y maniobras con ‘armas’ de aire comprimido. En el caso de ‘Ragnar’, reconoce que nunca ha empuñado una pistola ni ha vivido un conflicto de cerca. Para su generación, aquella nacida más allá de los 90, las guerras son el escenario de películas y videojuegos, algo relativamente alejado de la Europa pacificada y unida en la que han crecido. Pese a ello, el catalán reafirma su intención de viajar hasta el frente de batalla y combatir de primera mano lo que considera una agresión injustificable. «No es del agrado de nadie que un hijo se exponga a una guerra, pero es una decisión de cada uno», resume. No ha dicho nada en casa , confiesa.

Aquellos interesados en integrar el ejército de la resistencia reciben de las autoridades ucranianas en España un adusto folleto en el que se explica brevemente la situación del conflicto y la misión que cumplirán sus voluntarios. El documento, casi una exhortación patriótica, alerta de los «crímenes de guerra» que está perpetrando Rusia y lanza un aviso. «Este es el comienzo de una guerra contra Europa, contra las estructuras europeas, contra la democracia, contra los derechos humanos básicos, contra un orden mundial de leyes, normas y coexistencia pacífica». A continuación, las autoridades de Kiev explican a los interesados que las Fuerzas Armadas ucranianas ofrecen la posibilidad a extranjeros y apátridas alistarse en su ejército con carácter «voluntario». Su batallón se denomina «Legión Internacional para la Defensa Territorial de Ucrania». «No hay mayor contribución que puedas hacer por el bien de la paz. (...) ¡Dale una oportunidad a la paz protegiendo a Ucrania y deteniendo a los invasores criminales», resume el folleto.

Además de jóvenes casi imberbes como ‘Ragner’, también llegan al consulado de Barcelona interesados algo más curtidos como Fernando y Jorge. Uno tiene experiencia militar, el otro, con un marcado acento colombiano, no. Con voz firme ambos explicaban esta semana que se veían motivados para frenar el sangriento avance del agresor ruso. Según el consulado, en los últimos días más de una treintena de personas se han interesado, solo en la Ciudad Condal, por ofrecer su servicio a estas ‘brigadas internacionales’ de nuevo cuño. Mientras siguen acercándose reclutas voluntarios, el hormigueo solidario del consulado en Barcelona no se detenía y llegaban más señoras con bolsas de pañales, abrigos y medicamentos y hasta un grupo de niños con bolsas de papel llenas de ropa.

El Gobierno de Kiev espera que los primeros integrantes de su legión extranjera empiecen a llegar en breve al frente. «Reforzarán nuestras tropas y será una guerra del mundo entero contra la oscuridad que se ha apoderado de Rusia», destacó este martes el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, Oleksi Danilov. Además de sumar manos a las filas ucranianas, esta iniciativa permite garantizar que la guerra se mantenga en el foco de la opinión pública de los países de origen de los alistados. No obstante, el plan ha topado con las reticencias de países como el Reino Unido, que han recomendado a sus ciudadanos que no se alisten y ayuden a Ucrania de otros modos, desde casa.