500 días de guerra y decenas de sanciones después, la economía rusa se mantiene
La experiencia con las sanciones y el uso de terceros países para canalizar el comercio, claves para eludirlas
500 días de guerra en Ucrania y no se vislumbra ni siquiera una tregua
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Iniciar sesiónUn día después de que las tropas rusas comenzaran la invasión sobre territorio ucraniano, los países de Occidente (Unión Europea y Estados Unidos, sobre todo), anunciaron un paquete de sanciones contra Rusia sin precedentes.
Estas medidas tenían un objetivo claro: enviar una señal a Moscú ... de que sus acciones tendrían graves consecuencias. Los primeros castigos fueron dirigidos al círculo íntimo del presidente ruso, Vladímir Putin, así como a las empresas rusas y varios sectores de su economía. En los meses siguientes, el régimen de sanciones contra Rusia se amplió, golpeando sus exportaciones más valiosas a Europa –petróleo y gas– y frenando su acceso a productos que podrían ser utilizados en su guerra contra Ucrania.
Pero, ¿están funcionando estas sanciones para socavar la economía rusa?
Los líderes occidentales predijeron que la economía de Rusia colapsaría.
Como consecuencia de las medidas contra el Gobierno de Putin, la economía se contrajo un 2,1% el año pasado, pero el Fondo Monetario Internacional prevé para este año un crecimiento modesto del 0,7%.
Sancionada desde 1922
500 días de guerra, once paquetes de sanciones de la Unión Europea y otros tantos de Estados Unidos después, parece que no han minado lo suficiente la economía rusa como para decir que están surtiendo efecto, a pesar de ser unas sanciones sin precedentes y a gran escala. «Se esperaba una contracción de la economía rusa de entre el 15 y 22%. Sin embargo, en el peor momento de la invasión, durante los primeros meses, la economía se contrajo entre un 8-10%», explica Mira Milosevich, investigadora principal para Rusia, Eurasia y los Balcanes del Real Instituto Elcano.
Rusia sabe enfrentarse a las sanciones occidentales. No es la primera vez que las sufre. De hecho, desde 1922 cuando se creó la Unión Soviética, Occidente ha impuesto en 82 ocasiones distintos castigos a este territorio y en todas ha dado el mismo resultado: ninguno. «Rusia no ha cambiado su actitud después de la imposición de sanciones en ningún caso», comenta Milosevich. Como señala la investigadora, hay que tener en cuenta que el régimen de Vladímir Putin lleva siendo sancionado desde 2014 y que vive en «modo de sanciones» desde la anexión ilegal de Crimea el incumplimiento de los Acuerdos de Minsk, «por lo que el país se ha estado preparando».
La economía rusa parece más resistente de lo esperado y el Ejército conserva la capacidad de destruir la infraestructura civil y los objetivos militares y aterrorizar a la población ucraniana. Es más, los productos sancionados siguen llegando a Rusia y al campo de batalla en Ucrania y según un informe del Centro Levada, la mayor firma demoscópica independiente de Rusia, el 10% de la población rusa está realmente afectada por las sanciones, el resto sigue con su nivel de vida.
Terceros países para evadir
¿Cómo lo está haciendo Moscú? «Los esfuerzos conjuntos de Occidente se están viendo socavados por la elusión de estas sanciones», comenta Ivar Dale, investigador del Comité Noruego de Helsinki. El centro de esta evasión está en terceros países, la mayoría de Asia Central (desde Armenia a Kazajistán) de la órbita postsoviética que están siendo utilizados por empresas europeas para exportar a Rusia los productos sancionados. Algunos son artículos de lujo para las élites de Moscú, pero otros son los llamados «productos de doble uso», que pueden utilizarse con fines militares. De ahí que el último paquete de sanciones de la UE se centre en empresas de fuera de Rusia que Bruselas cree que se usen para eludir sanciones anteriores.
Pero realmente quienes están jugando un papel importante son China, India y Turquía. Tres países que están aprovechando las circunstancias para aumentar su comercio con Rusia y están comprando con descuento (sobre todo petróleo) para luego venderlo a Europa.
Por eso, la clave está en quién ha impuesto estas sanciones y quién no.
Sólo el 14% de los países han aplicado sanciones a Rusia. Es verdad que este 14% corresponde al 62% del PIB mundial, pero en proporción, dos tercios de los países del mundo siguen comerciando y tratando con Rusia como antes que el 24 de febrero de 2022 cuando comenzó la invasión.
Entonces, ¿por qué se imponen estas sanciones? «No es sólo cuestión de si tienen efecto o no, sino que también es relevante la parte simbólica de unidad, que refleja que este proceso de toma de decisiones es un instrumento político. Tardarán en verse los efectos, pero llegarán», sentencian los expertos.
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