Obama rechaza la idea de «una nueva Guerra Fría con Rusia», pero la castiga

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado este martes la imposición de nuevas sanciones contra Rusia que afectarán a los sectores de energía, finanzas y armas, horas después de que la Unión Europea también confirmase la ampliación de sus castigos.

El mandatario estadounidense, que ha comparecido ante los medios en la Casa Blanca, ha aclarado que no se trata de "una nueva Guerra Fría" con Rusia, sino de un castigo "específico" a las posturas de Moscú en relación a la crisis ucraniana.

"Lo de hoy es un recordatorio de que Estados Unidos cumple lo que dice y de que estaremos del lado de la comunidad internacional en la defensa de los derechos y las libertades de las personas en todo el mundo", ha dicho Obama.

Los nuevos castigos bloquean las exportaciones de determinados equipos y tecnologías al sector energético ruso, suspenden las ayudas a las exportaciones y la financiación de proyectos de desarrollo económico e incluyen a más bancos rusos y compañías de Defensa entre las firmas vetadas.

Antes de la comparecencia de Obama, el Departamento del Tesoro ya había anunciado sanciones para tres entidades financieras rusas (VTB, Banco de Moscú y Banco Ruso de Agricultura) y la naviera estatal United Shipbuilding Corp.

Washington responde con esta nueva ronda de sanciones a las "acciones ilegales" que Moscú sigue cometiendo al no reconocer "que Ucrania puede seguir su propio camino". "Creemos que la combinación de sanciones más fuertes tanto de nosotros como de Europa van a tener un impacto mayor en la economía rusa de lo visto hasta ahora", ha advertido.

DEJA LA PUERTA ABIERTA

"Si Rusia continúa por este camino, los costes seguirán aumentando", ha añadido Obama, que ha vinculado todo este proceso de castigos con una "decisión" tomada por el presidente ruso, Vladimir Putin, y su Gobierno.

En este sentido, el presidente de Estados Unidos ha vuelto a defender la necesidad de una "resolución pacífica" a la crisis que atraviesa Ucrania, para lo cual las autoridades rusas deben "reconocer la soberanía, la integridad territorial y la independencia" del país vecino y desmarcarse de los separatistas activos en el este.