Ofensiva israelí
«Un pasaporte en Gaza es un billete hacia la vida»
Las autoridades españolas evacuan a 61 personas de Gaza dentro de un dispositivo de la ONU que sacó a cientos de personas con pasaportes internacionales de la Franja
El bombardeo en Shejaiya no cesa y la espera a la salida de los autobuses se hace eterna . En el centro de la ciudad no hay ataques, pero en Gaza todo está tan cerca que cada explosión en ese barrio del este vecino a la frontera israelí se siente en primera persona.
Tres vehículos ya han salido y otros tres esperan a que lleguen todos los nombres de la lista que los funcionarios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han elaborado en coordinación con las distintas embajadas en Israel. Entre los que les toca esperar está el destinado a evacuar a las 61 personas de la relación enviada por España, 50 con pasaporte español y el resto familiares. Para Isidro González, cónsul general adjunto de España en Jerusalén, «viven una situación angustiosa y les llevaremos a un lugar seguro, es urgente sacarles de Gaza cuanto antes».
Otros 25 españoles permanecen en la Franja, pero en los próximos días podrían sumarse a nuevos convoyes de evacuación. El inicio de las incursiones terrestres ha empeorado las cosas en Gaza y los ministerios de Exteriores piden a sus ciudadanos que salgan lo antes posible.
«Las últimas dos noches han sido horribles, está siendo el ataque más duro de Israel . Yo creo que Hamás debería aceptar un alto el fuego y empezar a negociar cuanto antes para evitar más muertes de civiles», piensa Nafez Abu Jarad, profesor universitario que cursó Ciencias Políticas en Madrid durante los ochenta. Nafez muestra su pasaporte español con alivio y asegura que «en esta situación es un billete hacia la vida». En breve se subirá al autobús con rumbo a Ammán junto a su mujer e hijos. Deja Gaza «hasta el final de la ofensiva», pero no olvida a los que se quedan «sobre todo a las personas que viven en la zona fronteriza que es donde peor lo están pasando».
Su compañero de facultad en la capital española, doctor Elaila, no tiene la misma opinión. Profesor en la universidad de Al Azhar y vecino de Yabalia, zona vecina a la zona roja delimitada por Israel como objetivo para sus operaciones terrestres, Elaila considera que «los palestinos no podemos repetir los errores del pasado con treguas que no han solucionado nada. La comunidad internacional no hace nada por presionar a Israel para acabar con el bloqueo y cada dos años tenemos un episodio de estos, necesitamos una solución política, no militar».
Rana espera junto a sus seis hijos y un montón de equipaje, «mi marido está en Córdoba, con mucho miedo por nuestras vidas, por eso me voy a subir al autobús». La alegría por volver a España no es completa porque «mi madre y hermanas se quedan aquí».
Camino seguro
Británicos, alemanes, australianos, búlgaros… palestinos de corazón con pasaportes de diferentes países van llenando las plazas y se acerca la hora de la partida hacia el puesto fronterizo de Erez, un recorrido nada sencillo estos días ya que la zona próxima a la frontera es donde se están registrando los choques más importantes. «El convoy ha coordinado su movimiento con Israel para que no ataque y tenemos luz verde», afirma uno de los funcionarios con el chaleco azul de la ONU que pasa lista a bordo de un autobús.
Fadi, de 27 años, tiene pasaporte noruego y cuenta las horas para estar en Oslo junto a su familia porque « Israel ha vuelto a demostrar que sus ataques son contra todos los palestinos , no sólo contra los milicianos como repiten en los medios». La gente llega confundida y con ansiedad por encontrar su plaza y garantizar su adiós temporal a Gaza. Algunos como el ingeniero Emad Sakr se lo pensarán dos veces antes de regresar. Viajó desde Australia junto a su esposa para celebrar el ramadán y «hemos vivido una pesadilla, es la primera vez que estamos en una situación así y no veíamos el momento de la evacuación».
Los afortunados ponen dirección a Jordania en medio del fuego que asola Shejaiya. Ellos se van, pero la inmensa mayoría de palestinos sigue encerrada bajo las bombas en esta cárcel al aire libre en la que ha convertido Israel a Gaza.
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