Sudán extradita a Nigeria a uno de los principales terroristas de Boko Haram
Aminu Sadiq Ogwuche está acusado de participar en el doble atentado que se cobró la vida de al menos 90 personas en la capital nigeriana
EDUARDO S. MOLANO
El Gobierno de Sudán ha extraditado a Nigeria a Aminu Sadiq Ogwuche, considerado uno de los principales autores intelectuales de los dos atentados llevados a cabo en la capital nigeriana, Abuya, por la milicia islamista de Boko Haram en abril y mayo pasados.
De origen ... británico, Ogwuche formó parte de los servicios de Inteligencia del Ejército nigeriano entre 2001 y 2006. Posteriormente, tras desertar del mando militar, el joven realizaría estudios de árabe en la Universidad Internacional de África de la capital de Sudán, Jartum. A su regreso a Nigeria en 2011, sería arrestado, aunque liberado al año siguiente.
Ogwuche, a quien se vincula también con el mediático secuestro de más de 200 estudiantes de un internado del noreste de Nigeria, contaba con una orden de detención por parte de Interpol desde mayo pasado, tras el doble ataque que se cobró la vida de al menos 90 personas en Abuya.
Su caso, no obstante, cuenta con más implicaciones. En los últimos años, y ante el incremento del islamismo radical (también en sus condenas), la preocupación del Gobierno de Sudán por la contaminación a sus fronteras del terrorismo internacional es evidente.
Otrora líder espiritual de Sudán, el dirigente del Partido del Congreso Popular sudanés, Hasan al Turabi, ya fue detenido a comienzos de 2011 durante la psicosis regional ante un posible contagio de las revueltas árabes.
Y lo cierto es que este no era el primer desencuentro entre el régimen de Bashir y el opositor islamista. En 2003, tras cerca de una década de peregrinaje político (donde sirvió, incluso, de «Cicerone» en Sudán al fallecido líder de Al Qaida, Osama Bin Laden), Turabi fue encarcelado por planear un golpe de Estado, supuestamente, financiado por el islamismo radical.
Libre tránsito fronterizo
Por otro lado, la detención de Ogwuche demuestra, también, la facilidad con la que los miembros de Boko Haram continúan moviéndose más allá de las fronteras de Nigeria. El propio grupo armado reconoce que cuenta en su tropa con simpatizantes de Níger, Chad y Camerún. De igual modo, en 2012, David Alton, miembro de la Cámara de los Lores británica, denunciaba que organizaciones de caridad basadas en Reino Unido captaban fondos para el grupo radical.
Para poner fin a estas conexiones internacionales, a finales del año pasado, el Departamento de Estado norteamericano incluía al grupo yihadista en su lista de organizaciones terroristas. La decisión estaba encaminada a congelar los activos del grupo armado, imponer prohibiciones de viaje a sus miembros, así como impedir que cualquier ciudadano estadounidenses ofrezca material de apoyo a los milicianos.
Otro caso son ya las relaciones diplomáticas. En noviembre de 2012, por ejemplo, el grupo armado establecía sus primeras demandas para iniciar conversaciones de paz con el Ejecutivo y poner así fin a una sangría humana que, entonces, ya amenazaba la estabilidad del país africano.
Entre las principales reclamaciones del grupo rebelde se encontraba que ambas partes se trasladaran a Arabia Saudí para desarrollar el armisticio, que el exmandatario Muhammadu Buhari se involucrara en el proceso, así como la detención inmediata de Ali Modu Sheriff, exgobernador local (y acusado de ser la mano negra detrás del grupo en sus comienzos).
Precisamente, el fundador de Boko Haram, Mohammed Yusuf, ya había encontrado refugio en territorio saudí en 2004, tras huir de las autoridades nigerianas. Desde entonces, y a pesar de su muerte en 2009, las especulaciones sobre la «conexión saudí» del grupo radical son constantes.
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