Al Maliki utiliza las milicias chiíes para luchar contra el califato yihadista
Tras el colapso del Ejército regular, que perdió Mosul y Tikrit en 24 horas, los paramilitares defienden Bagdad
mikel ayestaran
Un grupo de encapuchados llegó por la noche a Ghazaliye, el primer barrio de Bagdad en la carretera que viene de la provincia de Al Anbar, bastión insurgente en manos del Estado Islámico (EI) desde diciembre. Portaban las banderas negras del EI y, usando megáfonos, ... llamaron a los hombres a tomar las armas para derrocar al «gobierno infiel» de Nuri Al Maliki . Cinco jóvenes decidieron responder a la llamada, pero cuando se subieron en los vehículos se percataron de que era un engaño. Milicianos de Asaib Ahl al Haq (La Liga de los Justos) disfrazados les habían tendido una trampa. Los jóvenes fueron conducidos a Ciudad Sadr, barrio chií más importante de la capital, y no se ha sabido más de ellos, según los vecinos del barrio.
Las fotos de sus mártires, caídos en Siria y en Irak, presiden las calles principales de Bagdad. Asaib Ahl al Haq es la más fuerte de las milicias en Irak y aporta combatientes a la Brigada de Abu al-Fadl al-Abbas, encargada de la protección de lugares santos sirios. «No puedo hablar del frente de Siria, pero sí del iraquí donde la resistencia islámica (manera de referirse a la milicia durante toda la entrevista) ha logrado frenar el avance del EI», afirma un dirigente del grupo que pide mantener el anonimato. El encuentro se desarrolla en la oficina central del canal Al Ahd (La Promesa), vinculado al grupo armado. El poder de las milicias chiíes traspasa el campo de batalla y disponen de partidos políticos y canales vía satélite.
La televisión del despacho ofrece imágenes exclusivas de operaciones al norte de la capital. Hombres perfectamente uniformados y pertrechados toman parte en una «operación antiterrorista», reza el titular. A la pregunta sobre si se trata de Ejército o milicia, el responsable del grupo responde que «ahora somos una misma cosa, operamos de forma conjunta y con mando único en todas las zonas calientes». En las emisiones de Al Ahd han colocado un eslogan en la parte superior izquierda de la pantalla que reza «a las puertas de la victoria».
El colapso del Ejército regular iraquí, que perdió Mosul y Tikrit en 24 horas sin ofrecer resistencia, ha devuelto a las calles a las milicias de los partidos religiosos chiíes que se enfrentan a un enemigo formado por los baazistas, la Orden del Naqshabandi (grupo de exmilitares liderado por el vicepresidente del antiguo régimen Izat Al Duri) y el Estado Islámico (EI), que es la facción que controla de verdad la guerra», afirma el responsable de Asaib Ahl al Haq consultado. La milicia nació en 2008 como una escisión del Ejército del Mahdi liderada por Qais al Khazali, que se rebeló ante Muqtada Al Sadr. Tiene también una rama política que ha obtenido un diputado en el nuevo parlamento nacido tras las elecciones del 30 de abril.
Además de Asaib Ahl al Haq, la rama iraquí de Hizbolá también combate en suelo iraquí y los últimos en desplegar a sus milicianos han sido los seguidores de Muqtada Al Sadr, que de forma temporal han recuperado el Ejército del Mahdi, congelado desde 2008, para formar lo que han bautizado como Saraya Al Salam (fuerzas de paz). «Había que tomar medidas y las hemos tomado porque la amenaza es muy grande. Hay que luchar por reconquistar el territorio perdido porque lo que se conquista por las armas hay que liberarlo por las armas», considera el jeque Mezaal, mano derecha de Muqtada Al Sadr, que estos días se encuentra en Bagdad siguiendo de cerca la evolución de la crisis en la capital. El Ejército del Mahdi fue el grupo chií más activo en la guerra sectaria que sufrió Irak entre 2006 y 2008.
Miles de voluntarios
Al Yaziri es el responsable de la mezquita Baqiet Ala, en Ciudad Sadr, quien asegura que junto a las milicias, «millones de voluntarios» han respondido a la llamada del Gran Ayatolá Sistani y aceleran su formación en las academias militares para ser enviados al frente. En un intento desesperado por regular su situación las autoridades han creado una Dirección de Voluntarios y se les asigna un sueldo aproximado de 400 euros mensuales. La fatua no habla de edades, solo se refiere a «personas en edad de coger un fusil», lo que provoca que entre los voluntarios se puedan ver menores de edad.
«Ellos mandan realmente ahora en Irak, ni Gobierno, ni Sistani, las milicias son omnipresentes», denuncia Kais Aidan, periodista del diario liberal «Al Mda», para quien «es la consecuencia más peligrosa del alzamiento suní» Opinión compartida por el doctor Watheq Al Hashemi, director del Centro de Estudios Estratégicos de Irak, que piensa que «la decisión de desplegar milicias es un error estratégico que vamos a pagar mucho tiempo. Hasta ahora había cierto esfuerzo en que las armas estuvieran en manos del Ejército, pero eso ha terminado y con estos grupos vamos de nuevo directos al caos».
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