elecciones en ucrania
Las divisiones internas minan al separatismo prorruso
Ante el silencio de Putin, lo único que les une en estos momentos es la decisión de frenar los comicios que organiza Kiev este domingo
mikel ayestaran
Los delegados de la República Popular de Donetsk (RPD) abandonan la sala. A la cabeza van el primer ministro Aleksander Borodai y el portavoz del parlamento, Denis Pushilin, líderes del autoproclamado gobierno de Donetsk que discuten airadamente con algunos de los presentes que les ... piden que se sienten y escuchen. Enviados de siete provincias del sur y este de Ucrania –que formarían el histórico territorio de ‘Nueva Rusia’ reivindicado por el sector prorruso- tratan de formar un Frente Popular, «pero las velocidades son diferentes, mientras que ellos están empezando, en Donetsk y Lugansk ya hemos celebrado un referéndum y sufrimos los efectos diarios de la guerra civil, por eso es complicado llegar a un gran acuerdo entre todos», apunta Kiril Cherkashin, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Donetsk y una de las cinco personas responsables de coordinar la consulta de autodeterminación que se celebró el 11 de mayo.
El acto tiene lugar en el comedor principal del hotel Shakhtar Plaza, un establecimiento de cuatro estrellas situado frente al Donbás Arena, campo del Shakhtar Donetsk, equipo del magnate local Rinat Ajmetov , en el que los rebeldes ocupan dos plantas desde hace una semana. Después de decenas de actos en la casa ocupada de la gobernación, las autoridades insurgentes han cambiado la suciedad, los cristales rotos y las paredes llenas de pintadas por las comodidades y el lujo de este hotel donde el personal mira con cara de circunstancias el desfile de gente encapuchada y armada por los pasillos.
Al este de Ucrania no hay debate electoral porque nadie pone en duda que en Donetsk y Lugansk las autoridades rebeldes van a cumplir su palabra de impedir la celebración de los comicios , pero los días avanzan cada vez con mayor lentitud para los separatistas, que siguen esperando la respuesta de Vladimir Putin a su solicitud de reconocimiento de la oficialidad. «El silencio de Moscú genera intranquilidad, pero no podemos venirnos abajo», admite un alto cargo del nuevo Gobierno consultado, que pide no ser citado. Tras el furor levantado por la consulta soberanista, que pese a la irregularidad del proceso demostró el respaldo popular a la independencia, el movimiento separatista parece estancado y no han tardado en surgir fisuras entre sus representantes.
Choques y diferencias
El primero en alzar la voz fue el alcalde de Slaviansk, Viacheslav Ponomariev, que aseguró no reconocer la autoridad del nuevo gobierno de la RPD y amenazó con enviar a sus hombres a restablecer el orden en la capital. Slaviansk , ciudad de 120.000 habitantes al norte de la provincia, es el epicentro de la actividad militar de la revuelta y lleva semanas cercada por el Ejército. La capital política es Donetsk, donde el silencio de Putin y las palabras del gran oligarca local Rinat Ajmetov en contra de la independencia han tenido un impacto directo entre unos líderes rebeldes incapaces de fijar una estrategia común.
Pavel Gubarev, primer autoproclamado gobernador de Donetsk hasta su detención por las fuerzas de seguridad de Kiev, ha formado su propio partido al que ha llamado ‘Nueva Rusia’ y se muestra dispuesto a aceptar al nuevo Gobierno de Kiev si desde la capital reconocen a la RPD y retiran sus tropas. Gubarev está fuera del gobierno rebelde encabezado de forma interina por Alexander Borodai, nuevo primer ministro, que se define como «patriota ruso» y cuya prioridad es la «anexión a la Federación Rusa». Borodai fue el principal asesor de las autoridades de Crimea durante los días que desembocaron en su anexión a Rusia.
Frente a Gubarev y Borodai, el ala más moderada del separatismo la encabeza Oleg Zariov, empresario de Dnipropetrovsk y ex diputado en Kiev hasta su expulsión del Partido de las Regiones en abril. Zariov aboga por una vía más próxima al federalismo, «algo que podría servir hace un mes, pero no ahora después de tanta sangre», opina el profesor Cherkashin para quien son «lógicas» las divisiones debido a «las prisas y la presión militar de Kiev».
Vuelta al debate
Tras casi una hora de discusión a puerta cerrada en una sala próxima los delegados de Donetsk regresan a la sala rodeados de escoltas y entre aplausos. «Es importante la formación de este Frente Popular en el sur y este de Ucrania, por eso vamos a firmar este borrador que sentará las bases para un acuerdo final», señala el portavoz de la RPD, Denis Pushilin, trajeado para la ocasión. Los enviados de las siete provincias votan a mano alzada y aprueban por unanimidad el texto antes de dar por cerrado el acto.
«Esto no sirve para nada a efectos prácticos, lo único que ha quedado claro es que hay muchos jefes, cada uno con su agenda y muchas intrigas internas”, resume a la salida Aleksei Granovski, jefe del aparato regional del otrora todopoderoso Partido de las Regiones. Sin consultarle antes, a Granovski le han nombrado Ministro de Energía en el autoproclamado gobierno rebelde cuyo poder, hasta ahora, no va más allá de la desvencijada casa ocupada y los salones del Shakhtar Plaza. Granovski ha rechazado la oferta, como gran parte de la veintena de ministros nombrados por los separatistas.
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