Nacidos libres: La generación post-apartheid vota por primera vez en Sudáfrica

Los «born free» están llamados a cambiar el futuro panorama político sudafricano, muy influenciado por la vinculación sentimental de la población con el Congreso Nacional Africano (CNA), el partido que Mandela llevó a la Presidencia en 1994 y que ha ganado por mayoría aplastante todas las elecciones con más del 60 por ciento de los votos.

«El apartheid empieza a pasar a un segundo plano. Muchos jóvenes incluso no entienden lo que realmente fue. Solo tienen la idea de que en el pasado los blancos hicieron cosas malas a los negros», explica a ABC Daryl Glaser, profesor de Estudios Políticos de la Universidad de Witwatersrand . «Se sienten agradecidos por tener posibilidades que sus padres nunca tuvieron, pero el apartheid juega un papel cada vez menor».

La corrupción del Gobierno de Jacob Zuma y la falta de empleos es lo que más preocupa a esta generación. Pese a sus vínculos con el CNA, heredado de sus padres, los jóvenes son conscientes de que una mayoría absoluta aplastante no beneficia al juego democrático. Desencantados con la política, solo un tercio de los nuevos votantes se ha registrado para acudir a las urnas.

Semele Tseke es estudiante en la Universidad de Johannesburgo. Tiene 18 años y votará por primera vez el miércoles. «Los sudafricanos tienen ahora una definición distinta del éxito; conseguir una educación, un empleo, y si puedes, hacerte rico. Somos libres y jóvenes. No estamos preocupados por el destino de la nación, sino por nuestro propio destino», afirma Tseke.

«Estamos agradecidos por lo que hicieron nuestros padres, pero no podemos estarles agradecidos toda la vida», añade este estudiante negro, que votará por el principal partido de la oposición, la Alianza Democrática (AD).

La Alianza Democrática, los Luchadores por la Libertad Económica (EFF) de Julius Malema, o el propio CNA; el nuevo electorado ha abierto el abanico político como nunca hasta ahora .

«Como profesor universitario veo mucho tipo de actitudes –añade Galser-. No creo que los jóvenes vayan a votar en una misma dirección. Algunos votarán a la AD cansados del CNA; los más politizados se inclinarán por el programa de izquierdas de EFF. Habrá que ver cuántos van finalmente a votar. Aún no sabemos si realmente cambiarán el panorama en estas elecciones».

Koketso Ndlongolo tiene 23 años y es redactora de un canal de televisión sudafricano. Aún no sabe a quién votará en las elecciones de hoy. «Mis amigos y yo creemos que es muy importante votar por la oposición para que se reduzca el número de diputados del partido gobernante. El CNA tiene que escuchar a la gente, y eso solo se conseguirá si pierden apoyo. Quizá así cambien», explica Ndlongolo.

La joven periodista no esconde su desencanto con el Gobierno de Jacob Zuma por los escándalos de corrupción y opina que pese a todo, se podría haber avanzado mucho más en estos veinte años de democracia. «Pero no me malinterpretes –añade-. Yo creo en el CNA. Se que yo no estaría aquí hablando contigo si no fuera por el sacrificio de cientos de personas que pelearon por la libertad. Ese es el único valor que defiendo».

Más de la mitad de la población de Sudáfrica tiene menos de 25 años. Estos jóvenes que nacieron tras las elecciones de 1994 son solo la avanzadilla de la generación postapartheid que en los próximos años dominarán la escena política y empresarial del país. A ellos les pertenecen los próximos veinte años de democracia.