Los rebeldes se rinden en Homs, tercera ciudad de Siria, tras dos años de asedio

«No es lo que queríamos. Pero es todo lo que hemos podido conseguir», declaró el activista opositor Beibars Tilawi a la agencia Associated Press. El acuerdo , firmado bajo el auspicio de Naciones Unidas y observadores de Rusia e Irán, permitirá a más de dos mil combatientes rebeldes abandonar la ciudad en un convoy de cuarenta autobuses. Un representante de la ONU viajará también para garantizar el respeto a la tregua. Los heridos serán transportados en ambulancias de la Media Luna Roja siria.

A los luchadores opositores se les permitirá conservar sus fusiles, así como la mitad de su armamento pesado o de medio calibre. Los artificieros rebeldes permanecerán en la zona hasta el final para desactivar los explosivos y minas colocados en el frente , tras lo que serán también evacuados. Además, el llamado Frente Islámico Sirio tendrá que liberar a un asesor militar ruso y a una veintena de ciudadanos iraníes que mantenían retenidos.

La clave para lograr quebrar la resistencia de los insurgentes ha sido la dificultad creciente para acceder a alimentos y suministros en las zonas bajo control rebelde. Homs, de mayoría suní, f ue una de las primeras ciudades en levantarse contra el régimen , y una de las más castigadas por la artillería y la aviación gubernamental. Hace dos años, el ejército sometió el centro de la localidad a una intensa campaña de bombardeos en la que perecieron, entre otros muchos, la periodista estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Rémi Ochlik.

La caída de Homs supone un enorme golpe propagandístico para Al Assad pocas semanas antes de las elecciones presidenciales, previstas para el próximo 3 de junio, en las que concurre a la reelección sin ningún candidato opositor de verdadero peso.