Bouteflika es reelegido como presidente de Argelia con el 81,53% de los votos
La oposición denuncia que los resultados electorales son fraudulentos
PAULA ROSAS
No ha habido sorpresas. A pesar de su evidente enfermedad, el presidente argelino Abdelaziz Buteflika ha sido reelegido con el 81,53% de los votos en unas elecciones marcadas por la apatía y las denuncias de fraude. La participación, la más baja desde que el ... mandatario ascendiera al poder hace 15 años, fue finalmente del 51,5%, una cifra que la oposición asegura que ha sido inflada para ocultar los efectos del boicot al que habían llamado gran parte de los partidos políticos islamistas y laicos opositores.
El principal rival de Buteflika, el exprimer ministro Ali Benflis, que ha denunciado que se ha cometido un «fraude a escala masiva» en estos comicios, ha obtenido apenas un 12,18% de los sufragios. «Se ha violado la voluntad del pueblo», ha dicho Benflis, que se niega a aceptar los resultados, aunque por el momento se desconoce si pretende emprender alguna acción de protesta o si piensa sacar a sus seguidores a las calles para mantener la presión al régimen. Su campaña había desplegado un «ejército» de observadores voluntarios por todo el país.
A pesar de las denuncias de pucherazo, el ministro del Interior, Tayeb Belaiz, ha asegurado que los comicios han sido «libres y limpios» y que los «pequeños incidentes» que tuvieron lugar en la jornada electoral no han afectado los resultados del sufragio. El ministro se refería a los enfrentamientos que tuvieron lugar en varios pueblos de la Cabilia entre la policía y jóvenes que defendían el boicot. En la capital, los conatos de protesta fueron rápidamente sofocados por las fuerzas de seguridad.
Buteflika, que sufrió un accidente cerebrovascular el año pasado que le mantuvo tres meses hospitalizado en París, acudió ayer a votar en silla de ruedas, mostrándose por primera vez en público en más de 16 meses. La frágil salud del presidente, de 77 años, le ha impedido hacer campaña. Su último discurso público lo pronunció en 2012, y cuando anunció su candidatura en febrero, los argelinos apenas pudieron escuchar un fino hilillo de voz. Cuando fue a depositar su voto, sonrió levemente a los flashes, pero no articuló palabra.
El fantasma de la guerra civil sigue muy vivo en Argelia, y es ese miedo a la fractura social el que mantiene a Buteflika en el poder. Sus votantes mencionan la estabilidad como la principal razón para apoyar al presidente, a su partido, el Frente de Liberación Nacional, y al régimen militar que lo sustenta.
La apatía y el boicot, sin embargo, han hecho mella en el poderoso control que el régimen ejerce sobre Argelia. Con el resultado de las elecciones claro de antemano, el gobierno se lo jugaba todo a la participación que, de haber sido demasiado baja, podría debilitar la imagen de «le povoir», el poder, como los argelinos llaman al régimen. La participación se ha desplomado con respecto a las últimas elecciones presidenciales, en las que Buteflika obtuvo 9 de cada 10 votos y una asistencia del 74 por ciento. «La abstención, el mayor partido del país», titula el rotativo argelino «El Watan».
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