El régimen juega a la ambigüedad con el futuro del presidente sirio
Niegan que Bashar al Assad haya declarado que descarta por completo la salida del poder
El régimen juega a la ambigüedad con el futuro del presidente sirio
El futuro del presidente sirio, Bashar al Assad , es una de las grandes incógnitas en vísperas de la cumbre de paz de Ginebra , en la que régimen y opositores se sentarán por primera vez cara a cara para intentar buscar una ... salida dialogada al conflicto.
En un extraño movimiento, la oficina del presidente sirio matizó unas declaraciones publicadas por la agencia rusa Interfax, en las que Assad descartaba por completo su salida del poder. Según la agencia rusa, el presidente sirio habría afirmado: «Si quisiera dejarlo, lo habría hecho desde el principio . Hay que estar en guardia por nuestro país. Y este tema no se discute». Pero, horas después, desde Damasco se apresuraron a puntualizar que la interpretación de Interfax fue «incorrecta», sin añadir nada más.
La oposición ha sido elogiada como «valiente» y criticada por «venderse»Ante la conferencia de paz prevista para el próximo miércoles , ninguna de las dos partes quiere presentarse como un obstáculo para la negociación, y el régimen sabe que la salida del presidente era una de las condiciones previas impuestas por la oposición .
Ya esta delicada cuestión llevó al traste los dos intentos anteriores de emprender las negociaciones. A la tercera parece que va la vencida y, pese a no obtener la garantía de la salida del poder de Bashar al Assad, la oposición reunida en torno al Consejo Nacional Sirio (CNS) ha aceptado finalmente participar en las citas del 22 en Montreux y del 24 en Ginebra.
Lajdar Brahimi , enviado de las Naciones Unidas para Siria, mediará en las conversaciones entre las delegaciones oficial y opositora, encabezadas por el ministro sirio de Exteriores, Walid al Moallem , y el presidente del CNS, Ahmad Yarba , que el pasado sábado comunicó la decisión de asistir a la cita «para acabar de una vez con el criminal» , en referencia a Al Assad.
La decisión in extremis del Consejo Nacional Sirio de acudir a Ginebra –aprobada en una reunión a puerta cerrada a en la que sólo participaron 75 de los 120 delegados de la coalición– recibió tantas felicitaciones por parte de Occidente, que la calificó de «valiente», como críticas por parte de figuras internas de la oposición. El exlíder de la coalición, el jeque Moaz Jatib , pidió el boicot a la cumbre y acusó a sus excompañeros opositores de «venderse», de hacer una exhibición de «cobardía política sin precedentes» y de ceder a las presiones internacionales.
El Frente Islámico dice no
El régimen de Al Assad cuenta con el firme apoyo militar y diplomático de Rusia e Irán desde marzo de 2011, y mantiene sus posiciones militares sobre el terreno. En cambio, la negociación de Ginebra llega en un momento convulso para los grupos armados de la oposición, enfrascados en una guerra interna desde el 3 de enero.
El Consejo Nacional Sirio no tiene capacidad de control sobre los combatientes , un motivo más que hace dudar de las posibilidades de éxito de la conferencia. Además, el Frente Islámico (FI), alianza de las siete principales brigadas rebeldes nacida en diciembre, no reconoce la autoridad de los opositores políticos. Uno de sus líderes, Abu Omar , reveló en su cuenta de Twitter la negativa del grupo a negociar porque «el futuro de Siria se debatirá en el heroico campo de batalla y será rubricado por la sangre en el frente, no en conferencias en las que participa gente que no se representa ni a sí misma».
A la lucha contra Al Assad, el Frente Islámico añade el objetivo de acabar con la hegemonía de los yihadistas del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) al norte del país. Este grupo, vinculado a Al Qaida, con gran presencia de yihadistas extranjeros y responsable de los secuestros de periodistas como los españoles Javier Espinosa, Ricardo García Vilanova y Marc Marginedas , cruzó hace un año la frontera iraquí y desde entonces se ha erigido en el principal baluarte de la lucha contra Assad, haciéndose con el control de ciudades como Raqqa, la única de las catorce capitales de provincia perdida totalmente por el régimen.
Los combates de las últimas dos semanas han dejado más de quinientos muertos y el EIIL ha comenzado a aplicar su lucha a base de ejecuciones y coches bomba contra los que antes fueron sus compañeros de filas, haciendo más complicada la situación en las zonas fuera del control del régimen en disputa con el FI.
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