El «antes» y el «después» de la viuda de Kirchner
Su nuevo vestuario despeja de forma definitiva el luto estricto al que se sometió por decisión propia
Carmen de Carlos
Una imagen vale más que mil palabras y la que ofreció la noche del lunes la presidenta de Argentina lo dice todo. El vídeo realizado por su hija Florencia despeja las dudas sobre el estado físico de la mujer que ha estado seis ... semanas –en teoría- apartada del poder.
El vestuario de la viuda de Kirchner, con esta aparición , despeja de forma definitiva el luto estricto al que se sometió por decisión propia . Se acabó el negro sin contrastes. Llegó el blanco, la luz de la esperanza, a través de una camisa chic.
Mucho se ha escrito durante la convalecencia de Cristina Fernández y mucho ha corrido aquella foto que captó la imagen de una mujer demacrada tratando de ocultar su deterioro detrás de unas enormes gafas oscuras de sol al entrar al sanatorio donde fue operada. El cutis y la rosácea, erupción cutánea directamente vinculada al estrés, mostraron el rostro destruido de una presidenta que atravesó, posiblemente, sus horas más bajas por dentro y por fuera de su cuerpo.
Ella mismo lo reconoció en el vídeo, fueron «momentos difíciles». La muerte de su marido, hace tres años, debió resucitar como un fantasma cuando la hora de pasar por el quirófano estaba marcada para ella, por segunda vez. Primero con a quel diagnóstico erróneo de un presunto cáncer en la glándula tiroides en enero del 2012 y hace un mes largo con el hematoma en el cráneo y otras alteraciones coronarias.
Pero de aquella Cristina de cara lavada y aspecto lastimoso sólo queda el recuerdo. La presidenta de Argentina regresó y actuó como una súper estrella de la tele . La melena larga , sólo alterada unos segundos por el cachorro que le regaló el hermano de Hugo Chávez, -«rompemos relaciones diplomáticas con Venezuela», amenazó al perrito si insistía en jugar con sus mechones -, enmarcaba una cara rozagante.
«Me pinto desde los 14 como una puerta», comentó en varias ocasiones la presidenta. La otra noche no debió escatimar en pinturas pero, a diferencia de otras, cada brochazo estaba con el trazo y el color adecuado. El trazo grueso de los ojos , las sombras borrascosas en los párpados y los labios de trompetista no existen más en una jefa de Estado que valora su imagen tanto como a sí misma y eso, es mucho.
Cristina, como se presenta frente a sus seguidores y público fiel, llevaba la dosis de cosméticos justa . No parecía que estuviera pintada ni como un coche ni como un camión. Ayudada por las luces -el secreto de una foto- su hija Florencia sacó y editó sus mejores planos . El discurso es otra cosa
Ese aspecto superficial combinado con el «look» moderno y elegante, siempre acompañado de gestos más propios de adolescente que de una señora que ha cumplido los 60, desató la imaginación y especulaciones de todo tipo. ¿Se habrá hecho un lifting? ¿Le habrán colocado los hilos para cubrir las arrugas? Son los tratamientos nuevos con colágeno y otras sustancias mágicas… Las preguntas y aseveraciones de los comentaristas continúan pero nadie tiene la certeza de qué es lo qué se ha hecho en estas seis semanas.
El descanso obligado ha devuelto a los argentinos una Presidenta rejuvenecida por fuera pero, por dentro, sigue siendo la misma . Hasta para cometer patinazos históricos como emplazar la batalla de Carabobo en Ecuador cuando ésta fue en Venezuela. La presidenta volvió, sonriente, delgada y dicharachera. En otras palabras, «recargada».
El «antes» y el «después» de la viuda de Kirchner
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete