¿Qué ha sido del «inminente» ataque en Siria»?

La reacción de Obama tras conocerse el ataque con armas químicas en los suburbios de Damasco fue, al menos en un principio, determinante para que se alzaran las voces internacionales a la hora de barajar una acción militar. Sin embargo, cuando realmente parecía que se trataba de algo inminente, el presidente de Estados Unidos optó por un paso inédito : buscar el respaldo del Congreso para actuar pese a no necesitarlo. El primer ministro británico, David Cameron, firme defensor de la iniciativa estadounidense, se topó con el «no» de su Parlamento a la hora de apoyar dicha actuación . Por su parte, Francia, quedaba pendiente de qué hiciera finalmente EE.UU. Todo estaba, de nuevo, en el aire. Es en este contexto en el que es Rusia – hasta ahora gran impedimento para alcanzar una postura internacional común- quien toma las riendas.

La conferencia de paz

Tras varias reuniones, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, anuncian en Ginebra el 14 de septiembre un acuerdo-marco que supone un punto de inflexión en el conflicto. Las bases son claras: el régimen de Bashar Al Assad debe destruir su arsenal químico y, por su parte, Estados Unidos excluye del proyecto de resolución que presentará en la ONU la opción de una intervención militar en Siria . Assad da el visto bueno a este plan, lo que tiene una doble interpretación . Para unos, Rusia ha asumido el liderazgo firme que le ha faltado a Obama con sus idas y venidas sobre qué hacer ante este conflicto. Para otros, el «sí» del presidente sirio se debe a que consideraba real la amenaza de un ataque estadounidense, opción que EE.UU. se reserva en el caso de que Siria no cumpla con su compromiso.

Con estas condiciones, Assad comienza a dar pasos para evitar dicha intervención: Siria se suma a la convención contra las armas químicas , entrega un listado con su arsenal y permite la entrada de la misión conjunta de la ONU y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW). A día de hoy, esta misión ha visitado ya 18 de las 23 instalaciones químicas sirias , centrándose los trabajos en la «destrucción del equipamiento crítico», según ha informado el portavoz de la organización.

Por otro lado, en el plano diplomático, los esfuerzos se centran ahora en conseguir que tanto régimen como oposición –unida- se den cita el 23 de noviembre en la conferencia de paz sobre Siria en Ginebra. Assad ya ha confirmado su asistencia pero el principal grupo opositor, la Coalición Nacional Siria, ha amenazado varias veces con boicotear dicha cumbre si el objetivo no es el de apartar del poder al presidente sirio.

Por su parte, Assad parece que considera su papel reforzado ya que no descarta optar por la reelección el próximo año al no ver «ningún impedimento para no hacerlo». Es más, la situación llega al punto de que se ve capaz de ironizar sobre el Premio Nobel de la Paz: «Debería haber sido para mí» .

La vía diplomática es la que ahora tiene más peso. Mientras, Siria no ha dejado de desangrarse . El conflicto deja ya más de 100.000 muertos, seis millones de desplazados, una «generación entera de niños que corre un riesgo real de perderse», según Unicef, y el ingreso en el país de grupos radicales islamistas.