«Drones» italianos para frenar a los rebeldes congoleños

Naciones Unidas confirma la adquisición de un avión no tripulado para vigilar a los grupos insurgentes que operan al este del país africano

EDUARDO S. MOLANO

Naciones Unidas ha confirmado la adquisición de un avión no tripulado -«drone»- de vigilancia a la empresa italiana Selex ES, que forma parte del conocido grupo industrial Finmeccanica, para ser desplegado en las próximas semanas en la República Democrática del Congo.

«(Este drone) permitirá ... a nuestras tropas de paz en el Congo vigilar los movimientos de los grupos armados y proteger a la población civil de manera más eficiente », asegura Martin Nesirky, portavoz de la ONU.

A comienzos de año, el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Herve Ladsous, ya había pedido al Consejo de Seguridad incrementar tecnológicamente el equipamiento de los «cascos azules» desplazados al este del Congo.

La propuesta, que incluía desde «drones» a sistemas de visión nocturna, estaba encaminada a paliar la reciente amenaza abierta por los rebeldes tutsis del M23 , quienes en abril de 2012 se alzaban en armas en la región de Kivu Norte.

Sin embargo, pese a ser la primera vez que la organización utilice este equipamiento en el Congo, el uso de aviones no tripulados es ya común en el espacio aéreo africano.

En junio de 2011, el Pentágono comenzaba a volar cuatro «drones», valorados en 45 millones de dólares, desde una base en las Seychelles, y a finales de ese mismo año, edificaba un centro secreto en Etiopía para frenar la amenaza islamista que se cierne sobre la vecina Somalia (aunque la utilización de estos elementos bélicos en el espacio aéreo somalí no fue confirmada hasta octubre de 2009, con el derribo de uno de ellos en la localidad de Kismayo, como denuncia Mary Ellen O'Connell -miembro de la American Society of International Law-, su uso se remonta a 2006 ).

De igual modo, en octubre, fuentes de inteligencia francesas anunciaban la llegada de al menos dos nuevos «zánganos» a Malí para frenar la revuelta al norte del país.

Ruanda lo pidió a EE.UU.

Curiosamente, el propio presidente de Ruanda, Paul Kagame, reconocía en mayo que pidió a Estados Unidos que acabara con la vida del líder rebelde congoleño Bosco Ntaganda con la ayuda de un avión no tripulado.

El mandatario ruandés aseguraba entonces que, el pasado marzo, durante un encuentro en Washington con Johnnie Carson, jefe de la Oficina de Asuntos Africanos del Departamento de Estado, éste le pidió que arrestara a Ntanganda, líder del grupo armado M23. La respuesta de Kagame no fue menos sorprendente: «¿Por qué no enviar un ‘drone’ para deshacerse de él y parar esta tontería?» .

Solo unos días después, Ntaganda, perseguido por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra, se rendiría en la embajada estadounidense de la capital de Ruanda, Kigali.

El curioso intercambio de confidencias entre Kagame y Carson se producía meses después de que, en octubre, un informe de Naciones Unidas acusara al ministro de Defensa de Ruanda, James Kabarebe, de «comandar» a los rebeldes del M23 que se encontraban amotinados en Congo. De igual modo, el documento aseguraba que sus tropas proporcionaron apoyo armamentístico a los sublevados.

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