entrevista
«La política china del hijo único es inmoral»
El desidente chino y expreso político, Chen Guangcheng, fue encarcelado por Pekín por denunciar los abortos forzados y las esterilizaciones masivas en su provincia natal
pablo m. díez
Desde la oscuridad en la que vive a raíz de unas fiebres que le dejaron ciego de niño, Chen Guangcheng ha arrojado luz sobre los abusos que genera la política del hijo único en China. Por denunciar los abortos forzados y las esterilizaciones ... masivas en su provincia natal de Shandong, al este del país, este abogado autodidacta de origen humilde fue condenado en 2006 a cuatro años de cárcel en un proceso judicial tan irregular que nadie pudo defenderlo ante el tribunal.
Tras su liberación en septiembre de 2010, pasó veinte meses confinado bajo arresto domiciliario en su pueblo de Dongshigu hasta que, en abril del año pasado, protagonizó una espectacular fuga de película . Burlando a los guardias que lo sometían a constantes vejaciones y palizas, Chen Guangcheng se evadió en medio de la noche y, con la ayuda de otros disidentes, llegó a Pekín, donde se refugió en la Embajada de Estados Unidos.
Gracias a la mediación de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton , de visita en la capital china durante aquellos días, Chen Guangcheng pudo marcharse con su esposa, Yuan Weijing, y sus dos hijos a estudiar en la Universidad de Nueva York, donde ha denunciado presiones de Pekín para acabar con su beca.
Un año después de su fuga, Chen Guangcheng ha vuelto esta semana a China, pero no a la República Popular, sino a Taiwán, la isla que permanece separada del autoritario régimen de Pekín desde el final de la guerra civil en 1949. En Taipéi, donde ha apadrinado un libro escrito por disidentes, ha hablado con ABC.
- ¿Cómo vive su familia en China después de su huida y de que su sobrino, Chen Kegui, fuera condenado a tres años de cárcel por enfrentarse con la Policía?
- Mi familia está fuera del pueblo, bajo vigilancia secreta, y ya no tiene tanta presión, pero los vecinos no pueden ayudarnos por miedo a represalias y la sentencia contra mi sobrino es una venganza contra mi fuga. Después de escaparme, las autoridades del Gobierno central reconocieron los abusos que sufrí y prometieron que iban a abrir una investigación por las brutalidades cometidas, pero no hicieron nada e incluso castigaron a mi sobrino, que sólo se defendió de la Policía. El régimen chino es despótico y su crédito está en bancarrota porque mi caso ha despertado la atención de todo el mundo, pero no ha hecho nada por investigarlo. De todas maneras, espero que el mundo aprenda de mi experiencia para descubrir que el Gobierno chino no cumple sus promesas.
- Usted se ha destacado por su lucha contra los abortos y las esterilizaciones, ¿pero no cree que China necesita la política del hijo único para controlar su superpoblación?
- Aunque están relacionadas, una cosa es la política del hijo único y otra su cumplimiento. Aun así, rechazo la política del hijo porque afecta a la estructura de la sociedad, que está pagando un alto precio y tardará mucho tiempo en solucionar problemas como, por ejemplo, la diferencia de género que está provocando la predilección por los varones. Además, la política del hijo único es inmoral porque no respeta la vida y los métodos para implementarla son brutales e inhumanos. En la zona de mi provincia que estuve investigando, los abortos forzados y esterilizaciones llegaron a 130.000 casos que afectaron a 600.000 familias, muchas de las cuales fueron arrestadas, sufrieron palizas y amenazas y, al más puro estilo mafioso, hasta tuvieron que pagar rescates en forma de sobornos para ser liberadas por las autoridades.
- ¿Cree que el nuevo presidente, Xi Jinping, traerá más libertad a China?
- Hasta ahora no he visto ningún indicio de cambio. Los cambios en China no vendrán del poder, sino del pueblo. La Historia ha demostrado que ningún emperador quiere renunciar a su poder. Quienes detentan el poder en China tienen secuestrada a la nación, pero esta dictadura no se ve de forma tan clara en el extranjero. Gracias a su ascenso, el régimen comunista chino dice querer resolver disputas internacionales de forma diplomática, pero a nivel interno utiliza métodos violentos que recuerdan la época de la Revolución Cultural de Mao, premiando a los soplones y enfrentando a la gente para que ataque a los que luchan por los derechos humanos.
- En una sociedad cada vez más globalizada, con mayor educación e información, ¿cuánto tiempo podrá el Partido Comunista chino mantener el poder?
- Eso dependerá de muchos factores. Por una parte, la comunidad internacional contribuye a mantener al régimen por el crecimiento económico de China. Por la otra, la llegada de internet ha permitido el acceso a más información, pero no es tan abierto como en Occidente por el extraordinario gasto que se emplea en controlarlo. El régimen trata de bloquear la información que viene de fuera y, aunque alguna gente puede superar la «Gran Muralla cibernética», la cantidad no es todavía muy elevada. Tras la Primavera Árabe, el Gobierno chino está preocupado porque la sociedad lo está desafiando con éxito.
- Ahora que usted está aquí, en la otra China, ¿qué puede enseñar la experiencia política de Taiwán al régimen de Pekín?
- El éxito democrático de Taiwán sirve de inspiración para los derechos humanos en China. El ejemplo de Taiwán contradice la teoría comunista de que la democracia occidental no funcionaría en China, que sólo tiene como sentido prolongar su régimen autoritario.
- ¿Está China preparada para la democracia ahora o necesita más tiempo?
- China está todavía en un estado de lucha por la libertad de expresión. Sin ella, no se puede promover la educación por la democracia. Ahora estamos peleando por más espacio para expresarnos y el poder está endureciendo su control sobre los medios tradicionales e internet, pero la gente está ansiosa por aprender cosas nuevas. Algunos grupos de derechos humanos se centran en las leyes constitucionales y otros en pedir elecciones, pero lo que más necesita China es libertad de expresión.
- ¿Volverá usted a China algún día?
- Mi regreso será inevitable, pero dependerá de muchos factores y todavía no sé cuándo podré hacerlo.
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