Cuando ni los muros de hormigón sirven para contener a los suicidas
El atentado contra la sede de la ONU en Mogadiscio reabre el debate sobre la seguridad de estos emplazamientos
Cuando ni los muros de hormigón sirven para contener a los suicidas
El atentado del pasado miércoles contra la sede de las Naciones Unidas en la capital de Somalia, Mogadiscio, ha reabierto el debate sobre la vulnerabilidad de estos emplazamientos.
A comienzos de mes, el nuevo representante especial de la ONU para Somalia, el británico Nicholas ... Kay, viajaba a Mogadiscio para, entre otras cuestiones, iniciar la mudanza definitiva de las agencias que trabajan para el país africano y cuyo personal se encuentra, en su mayoría, establecido por cuestiones de seguridad en la capital de Kenia, Nairobi.
«Estoy muy contento de estar en Mogadiscio y tener la oportunidad de apoyar al Gobierno Federal y al pueblo de Somalia para que la paz, la seguridad y la prosperidad regresen a Somalia», aseguraba entonces el responsable de Naciones Unidas.
No en vano, entre los 18 muertos que dejó la acción armada se encuentran, por ejemplo, tres trabajadores - Morne Lotter, Alan Simpson y Mohammed Osman - de la empresa sudafricana de armamento Denel, quien ofrecía apoyo logístico al centro.
Sin embargo, el protocolo de seguridad , que obligaba a la mayoría de personas en el edificio a refugiarse en «búnkers y habitaciones de seguridad», evitó una tragedia aún mayor .
En el recuerdo, los ataques que, en octubre de 2008, se cobraron la vida de al menos 30 personas en las localidades de Hargeisa y Bosaso en una acción coordinada en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (la misma agencia atacada en Mogadiscio), el consulado etíope y el palacio presidencial.
Aunque no menos importante también, las bajas sufridas por su principal paladín en la zona: la misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) . Desde su despliegue en 2007, cerca de 3.000 miembros de este contingente han perdido la vida en sus enfrentamientos con los rebeldes de Al Shabab, según reconocía recientemente el subsecretario general de las Naciones Unidas, Jan Eliasson.
Compuesta por cerca de 17.600 soldados (principalmente de Kenia, Burundi, Uganda, Yibuti y Sierra Leona), los tres millares de muertos de Amisom equivalen, curiosamente, a casi las muertes totales de efectivos de paz de Naciones Unidas desde el inicio de este tipo de operaciones en 1948.
Civiles y militares
Pese a ello, como demuestra Somalia, los ataques contra Naciones Unidas tampoco es que entiendan demasiado la diferencia entre personal civil o militar.
En agosto de 2011, al menos 21 personas perdían la vida en un ataque de la milicia islamista de Boko Haram contra la sede de la ONU en la capital de Nigeria, Abuja.
No obstante, y al contrario que en el asalto a Mogadiscio, los terroristas sí pudieron acceder con su vehículo a las entrañas del edificio tras sortear dos barreras de seguridad.
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