La «carnicería» de las tropas de paz en Somalia
Al menos 3.000 miembros de la misión de la Unión Africana en el país han perdido la vida desde 2007, una cifra que contrasta con las bajas totales (3.096) de efectivos de paz de la ONU desde 1948
EDUARDO S. MOLANO
Desde su despliegue en 2007, cerca de 3.000 miembros de la misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) han perdido la vida, según reconoce el subsecretario general de las Naciones Unidas, Jan Eliasson.
Compuesta por cerca de 17.600 soldados (principalmente de Kenia, ... Burundi, Uganda, Yibuti y Sierra Leona) la viabilidad operativa de esta misión de paz había quedado en las últimos tiempos en entredicho, sobre todo, ante la falta de apoyo por parte los gobiernos locales en su cruzada contra la milicia islamista de Al Shabab.
Ya a finales del pasado año, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, amenazaba con retirar su destacamento en Somalia, tras la publicación de un informe de Naciones Unidas que denunciaba los lazos de su Gobierno con los rebeldes tutsis del M23 en otra de las principales crisis regionales, República Democrática del Congo.
De igual modo, en 2011 decenas de soldados -en este caso de Burundi- denunciaban impagos cercanos a los seis meses por parte de la Unión Africana.
Recientemente, Paul G. Williams, profesor adjunto de relaciones internacionales en la Universidad George Washington, analizaba en el informe «AMISOM in Transition: The Future of the African Union Mission in Somalia» el panorama venidero de esta misión de paz. Entre otras conclusiones, para el experto, pese a que la milicia islamista Al Shabab ha perdiendo un gran número de combatientes en los últimos años y el foco mediático se ha trasladado desde Somalia a conflictos como los de Congo, Malí o República Centroafricana, se antoja necesario reforzar las Fuerzas Armadas locales.
Mandato renovado
De momento, no parece que esta misión vaya a pasar a mejor vida en un corto espacio de tiempo. El pasado mes de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU renovaba el mandato del operativo por un año más, así como autorizaba relajar de forma temporal el embargo de armas que pesaba en Somalia en las últimas dos décadas.
Los números tampoco son demasiado optimistas para el futuro: Los tres millares de muertos anunciados en el país africano equivalen casi a las bajas totales (3.096) de efectivos de paz de Naciones Unidas desde el inicio de este tipo de operaciones en 1948.
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