Peligro de desgobierno en Bulgaria tras las elecciones parlamentarias

Las principales agencias demoscópicas coinciden al señalar cierta ventaja de GERB –entre 0,5% y hasta 5%– respecto a su principal adversario, el partido socialista. El Movimiento de Derechos y Libertades de la minoría turca, tiene casi asegurado el tercer lugar, seguido por el ultranacionalista Ataka.

En el límite de la barrera del 4% necesario para acceder al Parlamento se encuentra un nuevo partido –Bulgaria de los Ciudadanos– cuya líder, Meglena Kuneva, fue la primera comisaria europea que tuvo Bulgaria al ingresar en la Unión Europea (UE). Muchos la asocian, por parentesco, a la antigua nomenclatura comunista.

La distancia entre GERB y los socialistas se ha ido acortando en las dos últimas semanas debido a un escándalo, aún no esclarecido, de escuchas ilegales en el que se vieron involucrados Borisov, un ministro de su gabinete y el fiscal general de Sofía. Para salir al paso de los virulentos ataques que ha recibido, el exprimer ministro declaró el viernes pasado: «Somos víctimas de una gigantesca manipulación». En resumen, nadie se atreve a pronosticar cuál de las dos fuerzas políticas será la vencedora.

El politólogo Antonii Galabov afirma, sin embargo, que entre siete y nueve partidos podrían entrar en el Parlamento. «En estas elecciones no importa quién será el vencedor; lo que importa es quién ocupará el tercer lugar, ya que ninguno de los dos primeros podrá formar gobierno en solitario y deberá buscar el apoyo del tercero».

La campaña electoral que concluyó el pasado viernes –el sábado fue día de reflexión– ha sido la más mezquina que se recuerda en Bulgaria. Valeria Veleva, comentarista política y redactora jefe adjunta del diario «Presa», aseguró a ABC: «Esta campaña no ha sido una lucha de ideas, ideologías, mensajes; ha sido una pelea con bates entre bandas callejeras».