Sharif trabaja ya en el diseño de su nuevo Pakistán
La incógnita será ver cómo gestiona sus relaciones con los talibanes y con Estados Unidos
mikel ayestaran
Sharif vuelve 14 años después de que el ex general Pervez Musharraf diera un golpe de estado contra su gobierno. El que fuera ex primer ministro de Pakistán en dos ocasiones en la década de los noventa se perfila como nuevo jefe de Gobierno tras ... su victoria en las elecciones. La Liga Musulmana Nawaz (PML-N) logró un triunfo aplastante gracias al respaldo masivo obtenido en la provincia de Punjab, la más poblada del país asiático. Tras su discurso triunfal en la noche electoral del sábado, Sharif, de 63 años, convocó a los líderes del resto de formaciones para tomar parte en una reunión en la que comenzarán a dibujarse las alianzas para la formación del nuevo ejecutivo. A falta de conocer los resultados definitivos -con más de la mitad del voto escrutado el PML-N supera los cien escaños y triplica el número de asientos de sus adversarios- el ganador ya ha recibido felicitaciones de los mandatarios afgano, Hamid Karzai, indio, Manmohan Singh, y del monarca saudí Abdalá bin Abdelaziz.
Sobre la mesa, además de los cambios internos prometidos para luchar contra la corrupción y el estudio de un tren bala que una Karachi con Peshawar atravesando Pakistán de norte a sur, la gran cuestión es conocer la postura que adoptará Sharif respecto a sus relaciones con Estados Unidos ya que durante toda la campaña ha apoyado abiertamente la idea de dialogar con los talibanes para intentar poner fin a la violencia y ha sido muy crítico con los ataques de aviones no tripulados estadounidenses contra los islamistas en las zonas tribales del país.
Sharif, un político y empresario de marcado carácter conservador y nacionalista, es la cara de unos comicios donde la cruz es para el Partido Popular de Pakistán (PPP) que ha pagado el desgaste de los últimos cinco años en el poder y ha obtenido unos resultados muy discretos que le han relegado al tercer puesto. Los analistas subrayan el papel del Partido de la Justicia de Imran Khan, que pasa a convertirse en segunda fuerza y actor de peso en la escena política nacional. El ex capitán de la selección nacional de criquet permanece ingresado en su hospital de Lahore donde se recupera de las heridas sufridas tras la caída que sufrió en un mitin de campaña y desde allí denunció «numerosos casos de fraude» a lo largo del país. Khan negó en un primer momento la posibilidad de formar alianzas con Sharif y aseguró que «trabajaremos desde la oposición». El PTI ha sido la fuerza más votada en la problemática provincia de Jaiber Pastunjua, fronteriza con Pakistán, otra de las sorpresas de la jornada.
Victoria moral de Khan
Tras la noche de euforia generalizada entre los seguidores del partido del tigre, animal que representa al PML-N, analistas como Shyema Sajjad, del diario Dawn, calificaron a Khan como «el auténtico ganador» porque ha logrado «convertir en votantes a muchos que antes no votaban». Para Sajjad la noticia negativa de la cita con las urnas es que se han enterrado las ilusiones de aquellos que soñaban con el «final de las dinastías feudales y familias políticas» que mantienen a Pakistán «prisionero». La Comisión Electoral fijó en un 60 por ciento el índice de participación, 16 puntos por encima de las elecciones de 2008.
La ley marca que la nueva Asamblea Nacional celebre su primera sesión en un plazo de 21 días, y en un máximo de dos meses Pakistán ya debe conocer el nombre del portavoz de la cámara y del nuevo primer ministro.
Sharif trabaja ya en el diseño de su nuevo Pakistán
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete