EL DESAFÍO DE PYONGYANG
La presidenta de Corea del Sur debate con Obama las amenazas de Kim Jong-un
Park Geun-hye se reunirá con el presidente de EE.UU. para reforzar su alianza frente a las provocaciones de Corea del Norte
PABLO M. DÍEZ
En su primer viaje al extranjero desde que tomó posesión a finales de febrero, la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, recaló ayer en Estados Unidos para reforzar su alianza frente a las amenazas del joven dictador norcoreano, Kim Jong-un. Tras reunirse ... este lunes con su compatriota Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, Park se entrevistará mañana con el presidente Obama en Washington, donde además tiene previsto pronunciar un discurso ante el Congreso.
Tras la escalada militar protagonizada por el régimen estalinista de Pyongyang durante los dos últimos meses, EE.UU. y Corea del Sur aprovecharán esta cumbre en la Casa Blanca para firmar una declaración conjunta que estreche los lazos entre ambos países, aliados históricos. Aprovechando el 60 aniversario del final de la Guerra de Corea, que se conmemora en julio, Park Geun-hye y Obama pretenden escenificar su unidad para responder a las provocaciones de Kim Jong-un.
“Esta visita es muy importante para que los dos países establezcan la dirección de su futura alianza”, explicó el secretario presidencial de Asuntos Exteriores y Seguridad Nacional, Ju Chul-ki, según informa la agencia Yonhap . A su juicio, la cumbre de Washington representa una oportunidad para “lograr la renuncia de Corea del Norte a su programa nuclear” y asegurar “la comprensión y el apoyo de EE.UU. a la políticas que perseguimos en la Península Coreana”.
Puerta abierta al diálogo
Aunque Washington y Seúl coinciden en su rechazo a la proliferación nuclear de Corea del Norte, se muestran abiertos al diálogo. “Si Corea del Norte detiene sus provocaciones y toma el camino que le indica la comunidad internacional, abriré la senda de la cooperación en las relaciones intercoreanas”, anunció ayer la presidenta Park en un encuentro con residentes surcoreanos en Nueva York. Además, insistió en que su Gobierno está “manejando la situación con determinación y mesura, manteniendo una fuerte seguridad y cooperando con la comunidad internacional, EE.UU. y China”. Por ese motivo, se congratuló de que, a pesar de las bravuconadas norcoreanas, la economía del Sur – la cuarta mayor de Asia – no se había resentido e incluso había captado nuevas inversiones en medio de la crisis.
Park Geun-hye insiste en que no se puede tolerar una Corea del Norte armada con bombas atómicas pero, al contario que su antecesor, Lee Myung-bak, no ha ligado los envíos de ayuda humanitaria surcoreana a su desnuclearización. A pesar de los llamamientos al diálogo por parte de EE.UU. y Corea del Sur, el régimen de Kim Jong-un no ha aceptado aún volver a la mesa de negociaciones.
En comparación con la tensión acumulada durante los dos últimos meses, Corea del Norte ha rebajado su retórica belicista, pero ha condenado a 15 años de trabajos forzados a un ciudadano estadounidense por intentar derrocar al régimen y ha cerrado por completo el polígono industrial de Kaesong, que gestionaba de forma conjunta con el Sur en plena frontera del Paralelo 38. Tras pagar las nóminas que exigía Pyongyang, sus últimos siete empleados abandonaron el viernes este parque donde 123 empresas surcoreanas tenían contratados a 54.000 trabajadores del Norte, víctimas colaterales de esta última crisis.
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