Kim contra Park en Corea
La presidenta de Corea del Sur, hija del dictador Park Chung-hee, se enfrenta a Kim Jong-un, descendiente de los sátrapas norcoreanos que ordenaron matar a sus padres

Cuando tome posesión el día 25, Park Geun-hye, la primera presidenta de Corea del Sur, se enfrentará a la escalada armamentística del régimen estalinista dirigido por el joven Kim Jong-un. Aunque divididos por la línea ideológica que dibuja el Paralelo 38 en la última frontera de la Guerra Fría, es más lo que une a los coreanos del Norte y del Sur que lo que los separa, incluyendo las vidas paralelas de sus dirigentes.
La presidenta electa surcoreana, de 61 años, es hija del dictador Park Chung-hee, quien dirigió con puño de hierro este país asiático durante 18 años, desde el golpe de Estado que le aupó al poder en 1961 hasta que en 1979 fue asesinado a tiros por el jefe de sus propios servicios secretos, Kim Jae-kyu. Antes de ser colgado, éste aseguró que lo había hecho porque el presidente Park, que era su amigo y mentor, suponía un obstáculo para la democracia, pero lo cierto es que bajo sus órdenes él se había encargado de barrer a la oposición política.
Más trágica aún fue la muerte de su madre, Yuk Young-soo, asesinada en 1974 por un pistolero japonés de origen norcoreano que trató de atentar contra el presidente Park mientras daba un discurso en el Teatro Nacional de Seúl. Su bala erró el tiro pero acabó impactando en su esposa, que fue evacuada del escenario moribunda mientras él continuaba su alocución.
No era la primera vez que intentaban quitarle la vida por orden directa de sus archienemigos Kim Il-sung, el presidente fundador de Corea del Norte, y su hijo Kim Jong-il, abuelo y padre respectivamente del actual sátrapa al frente del régimen. El 21 de enero de 1968, un comando norcoreano formado por 31 soldados de élite de la Unidad 124 se infiltró en el Sur y llegó al corazón de Seúl, donde finalmente fueron abatidos por la Policía a sólo 800 metros de la mismísima Casa Azul, la residencia presidencial. Como venganza, Park Chung-hee organizó otra expedición secreta, la Unidad 684, para liquidar a Kim Il-sung, pero finalmente no la autorizó.
Aún hoy, la sociedad surcoreana sigue dividida a la hora de juzgar al presidente Park, que se basó en el modelo de las corporaciones japonesas y apoyó a las grandes empresas exportadoras («chaebols»), como Hyundai y Samsung, para impulsar el milagro económico que vivió este pequeño «dragón asiático» en los años 60 y 70, pero no dudó en imponer la ley marcial y suprimir las libertades más fundamentales para aferrarse al poder.
Aumento de las tensiones
Más de tres décadas después de su magnicidio, su hija toma las riendas de Corea del Sur mientras el descendiente de su enemigo dirige el Norte. «Antes del ensayo nuclear del martes, el nuevo Gobierno quiso dar muestras de acercamiento a Pyongyang y Park Geun-hye dejó muy claro que no usaría la fuerza para derribar su régimen, pero todo eso puede cambiar ahora», advierte a ABC Kim Dong-su, analista del Instituto Coreano para la Unificación Nacional (KINU). De nuevo, Kim contra Park. Al igual que sus apellidos, que llevan casi la mitad de los coreanos de ambos lados, los Kim del Norte siguen luchando contra los Park del Sur, triste metáfora de esta nación dividida.
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