La obsesión de Napoleón por revelar al mundo los secretos de Egipto
El Museo Universidad de Navarra expone los dibujos, grabados y fotografías realizados durante las grandes expediciones científicas de Bonaparte y las figuras más destacadas de la Ilustración
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Pamplona
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Iniciar sesiónMás de cincuenta mil soldados, casi cuatrocientos barcos, algo más de dos mil oficiales y unas trescientas mujeres entre esposas de militares y prostitutas embarcadas ilegalmente. Al atardecer del 1 de julio de 1798, esta flota de guerra, una de las más grandes jamás armada, ... puso pie en las playas egipcias de Alejandría, Rosetta y Damieta. Hasta ese momento, salvo una reducidísima élite, nadie sabía muy bien a dónde iba o qué se esperaba de ellos al otro extremo del Mediterráneo. En especial, el pequeño ejército de ingenieros, científicos, arquitectos, músicos, poetas, matemáticos, químicos, médicos, botánicos y pintores que se había unido a aquella aventura aunque no fueran a empuñar un solo arma.
En apenas veinte días, parte de esos efectivos se hicieron con el control del Delta del Nilo y descendió rumbo a El Cairo. Al ver las impresionantes pirámides de Giza por primera vez, se estremecieron. Y, a continuación, bajo las sombras picudas de aquellas gigantescas moles de piedra, derrotaron a las poco organizadas hordas de mamelucos. Se dice pronto, pero en menos de dos horas pusieron fin a tres siglos de dominio otomano en Egipto. Quien dirigió aquella colosal conquista fue un prometedor general de solo 29 años llamado Napoleón Bonaparte que, en realidad, tenía en mente un propósito diferente al militar e, incluso, al de su propia gloria: aprender todo lo que pudiera de aquel país prácticamente desconocido en Europa y enseñárselo al mundo.
Por eso reclutó a los mejores científicos, artistas e intelectuales de aquella Francia de la Ilustración, que protagonizan el bloque principal de la exposición 'Una tierra prometida. Del Siglo de las Luces al nacimiento de la fotografía'. Una muestra ingente, con una selección de más de 900 láminas, dibujos, grabados y fotografías antiguas de esta y otras expediciones que se realizaron en todo el mundo, desde mediados del siglo XVIII a mediados del XIX, y que se podrán ver durante un año en el Museo Universidad de Navarra (MUM), en Pamplona. «Llevamos reuniendo todas estas obras en secreto más de veinte años, con el objetivo de que otros museos con más recursos y que podían haber contado con algunos de estos materiales, como el Getty Center de Los Ángeles, no nos robaran la idea. Lo hacíamos sin saber muy bien qué íbamos a hacer con ello», reconoce a ABC Valentín Vallhonrat, que ha comisariado la exposición junto con Rafael Levenfeld.
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La idea a la que se refiere, explica a continuación su compañero, ambos directores artísticos del centro, era documentar aquellos cien años en los que los europeos desarrollaron un tremendo interés por conocer el mundo y plasmarlo de la manera más científica y rigurosa posible, sin artificios, a través de estos dibujos y grabados que se irán perfeccionando hasta desembocar en el nacimiento de la fotografía en 1839. Un viaje de descubrimiento fascinante en el que el arte se puso al servicio de la ciencia para mostrar, de la manera más fiel a la realidad que se pudiera, esas regiones del mundo que la mayoría de los mortales nunca podrían visitar.
El Corán
Hacía tiempo que Napoleón estaba obsesionado con la idea de descubrir, en su caso, Oriente. Durante el viaje se leyó el Corán y lo consideró «sublime». Y, nada más llegar a Giza, comentó fascinado: «Soldados, desde lo alto de estas pirámides, cuarenta siglos os contemplan». En su afán civilizador, además, publicó una serie de decretos como nuevo gobernador de Egipto que era, con los que creó el primer sistema postal regular del país, un servicio de diligencias entre El Cairo y Alejandría, una casa de moneda para convertir el oro de los mamelucos en escudos franceses, construyó molinos de viento para elevar el agua y moler el trigo, trazó mapas e instaló las primeras lámparas de la capital.
Aunque este viaje, que duró cuatro años, fue posiblemente el que desplegó un mayor poder transformador de todas las que se llevaron a cabo en la Ilustración, en la exposición queda claro que no fue el único. Ni siquiera el primero. El número de expediciones científicas de esa centuria fue muy superior a los efectuados en los siglos anteriores. Hubo muchas que recorrieron África, América, Asia e, incluso, los rincones más desconocidos del viejo continente. Desde exploraciones marítimas con aportaciones cartográficas, hasta astronómicas y geodésicas, pasando por naturalistas que tenían el objetivo de enriquecerlas nuevas ciencias naturales con nuevas especies vegetales, minerales y animales.
La exposición del MUM es una gran muestra de todas ellas, y la primera a la que le dedica todo el edificio y un año entero. «Ha sido un trabajo napoleónico, nunca mejor dicho. Y es la más importante de todas las que hemos organizado en nuestra joven historia», subrayó el director del museo, Jaime García del Barrio. Esta se divide en tres partes para explicar el recorrido desde la primera representación objetiva del mundo por parte del dibujo y el grabado, hasta el cambio que supuso el nacimiento de la fotografía, «como herramienta científica, para reconstruir el mundo de la manera más real posible», añade Vallhonrat.
'Enciclopedia' de Diderot y D'Alembert
En primer lugar, se pueden ver los álbumes que se publicaron con motivo de los primeros viajes de descubrimiento realizados durante los primeros años de la Ilustración, los cuales contarán ya entre sus miembros con destacados artistas. Estos se encargaban de perfeccionar los meritorios, pero inexactos, dibujos, pinturas y grabados ejecutados por los propios científicos al mando de las expediciones. El mejor ejemplo es, quizá, la 'Enciclopedia' de Diderot y D'Alembert, que sentó las bases en Francia de la metodología que siguieron las obras posteriores.
En la segunda parte se presenta 'La Descripción de Egipto', que recoge el trabajo realizado por el ejército de sabios de Napoleón, durante su viaje por las tierras del Nilo desde 1798 hasta 1802. Entre ellos figuraban el matemático Gaspard Monge, fundador de la Escuela Politécnica; el barón Dominique Vivant Denon, artista que años más tarde dirigió el Museo del Louvre, el geólogo Déodat de Dolomieu, uno de los más grandes exploradores de las regiones volcánicas de Sicilia, Calabria y los Alpes; el físico Étienne-Louis Malus, que descubrió la polarización de la luz, y el químico Claude Louis Berthollet, inventor de la lejía.
Un total de 167 expertos, encargados de llevar a cabo la exhaustiva investigación científica y etnográfica sobre el terreno, que fue continuada después en Francia por otro grupo de artistas e intelectuales, y que dio como resultado los 23 volúmenes con textos y láminas que la componen. Estos, a su vez, fueron divididos en tres tomos: 'Antigüedades', dedicado a los monumentos; 'Historia Natural', a la flora y la fauna, y 'Estado Moderno', a las actividades y costumbres tanto del Egipto antiguo como del moderno.
Nacimiento de la fotografía
Más de dos siglos después de su publicación en Francia, es la primera vez que la obra se muestra al público con sus láminas separadas, para que los visitantes puedan observarlas de manera individual y apreciar todos sus detalles y la información que contienen, incluyendo muchas de ellas el nombre de los autores de los grabados y los dibujos. También la primera que la 'Descripción de Egipto' se presenta vinculada con el resto de álbumes realizados en las otras expediciones del Siglo de las Luces.
Por último, están las salas dedicadas al nacimiento de la fotografía. Es la última etapa de este recorrido, que incluye desde los daguerrotipos realizados en las expediciones que se organizaron a partir de 1839, hasta las primeras imágenes hechas con cámaras más rudimentarias en la cuenca del Mediterráneo durante la segunda mitad del siglo XIX. Estos viajes científicos llegaron también a España, como consecuencia de la búsqueda de las influencias de Oriente en el sur de la dominante Europa, reflejadas de las joyas arquitectónicas musulmanas de Granada, Sevilla y Córdoba.
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