Visiones de un poeta
Rafael Alberti visitó la ciudad de los rascacielos en 1980, y escribió una serie de versos sueltos de cada día, varios de ellos dedicados a Nueva York, editados por Seix Barral en 1982. Las Torres Gemelas del World Trade Center acababan de construirse y lo primero que el lector siente, al leerlos ahora, cuando todo el mundo tiene en su retina la visión de su desplome, es que la poesía es capaz de llegar a donde no llega ningún otro imaginario.
Obviamente los versos de Alberti se incriben en un contexto muy especial tanto personal como poético, por cuanto sigue la tradición inaugurada por su amigo Federico García Lorca en el inimitable «Poeta en Nueva York», donde la ciudad es vista, también en «Metrópolis», de Fritz Lang, como el emblema de la técnica, la soberbia, el poder y un mundo deshumanizado. Pero no puede escapar a nadie que los lea no ya la dimensión profética del desastre («que un día caerán...») sino sobre todo la plasticidad de su lenguaje puesto que las imágenes que lo describen lo hacen con la eficacia de una enumeración que cobra, en el día de hoy una dimensión sobrecogedora: «balumba / de ventanas cerradas/ de cristales, de plásticos./ de vencidas, de dobladas estructuras...». No puede decirse más, ni puede el lenguaje llegar más allá en su dimensión profética.
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