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Ballesteros, dos años sin pasar el corte

MADRID. Severiano Ballesteros es el mejor golfista español de la historia. Y uno de las estrellas perennes en todo el mundo. Eso está fuera de toda duda. Sin embargo, en los últimos tiempos, el infortunio parece haber tocado todo lo que le rodea al cántabro y no termina de levantar cabeza. Ha tenido problemas de todo tipo que le han ido mellando en diversos ámbitos y que han convertido estos dos años recientes en un auténtico calvario.

El 21 de mayo de 1995 y el Club de Campo Villa de Madrid significan, hoy, datos históricos en su sensacional carrera en el golf internacional. Aquel día, en una sensacional jornada primaveral, Ballesteros ofrecía la última alegría a sus miles de partidarios.

Lo que no podía imaginar entonces es que ésa iba a ser el triunfo que, de momento, cierra su excelente palmarés. Hace una década ya de eso y nada indica que vaya a poder recuperar la senda victoriosa.

Los problemas de espalda le fueron restando poder competitivo (pasó del puesto 33 al 279 de la clasificación internacional al cabo de ocho años), hasta el punto de tener que luchar en los torneos por superar el corte y no quedar eliminado.

Esa situación se vivió por última vez hace ahora dos años. El 21 de marzo de 2003, el cántabro pasó el filtro de Madeira y desde entonces no ha vuelto a disputar cuatro vueltas seguidas en un torneo. Bien es cierto que, semanas después, pudo haberlo hecho igualmente en Italia, pero una descalificación le mandó de vuelta a casa antes de tiempo.

Problemas físicos

Precisamente, en sus desencuentros, dentro y fuera de un campo de golf, han radicado también los problemas del genio de Pedreña. Su fuerte carácter no se ha conjugado bien con la frustración y se ha ido granjeando enfrentamientos por doquier. Los ha tenido de todo tipo. Primero, sus enfrentamientos deportivos. Ha protagonizado problemas con los árbitros y con la Asociación de Profesionales del Golf (PGA), que alcanzaron su mayor gravedad con la agresión al juez Zamora.

Después, ha sufrido también vicisitudes empresariales. Los cambios en Amen Corner no han sido siempre provechosos. Por otra parte, ha vivido problemas organizativos. Uno, con el Open de Madrid, torneo que estuvo a punto de desaparecer. Otro, con el Open de España, que ha ido perdiendo calidad, en tal medida que, por segunda temporada consecutiva, no acudirán a disputarlo los mejores jugadores del golf nacional.

A todas estas situaciones hay que añadir su estado físico, pues a sus dolencias lumbares se han sumado otras rotulianas que le van a alejar del Masters. Y finalmente, sus problemas personales (se acaba de romper su matrimonio)...

Su principal ilusión, hoy por hoy, es estar a punto para poder participar en tres torneos en el presente año. Primero, el Abierto español de San Roque, que se disputará en el mes de abril. Después, su querido Open Británico, que se celebrará en julio. Y finalmente, para el Seve Trophy del mes de septiembre. Tres objetivos cercanos y lejanos, según se mire. Ojalá su salud le permita afrontarlos. Sus seguidores, y él más que nadie, podrán respirar al fin aliviados.

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