El «detox» post-vacaciones: la infusión 'mágica' que el paladar agradece (y el cuerpo también)
Cardo mariano, diente de león y té verde: una receta líquida con sabor vegetal, fondo amargo y mucha lógica gastronómica
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Iniciar sesiónSeptiembre, el mes en el que la cocina vuelve a llenarse de tuppers, prisas y buenas intenciones y también de esa sensación —casi universal— de que nos hemos pasado un poco durante el verano: entre los chiringuitos, los cócteles y los postres que «total, son ... sólo unas vacaciones». Es normal que ahora el cuerpo pida tregua. Pero más allá de las modas del «detox» o los zumos milagrosos, la respuesta puede estar en algo tan básico como una buena infusión. O, mejor dicho, una receta líquida con criterio culinario.
Porque no hace falta renunciar al sabor para aligerar el paso. Esta mezcla de cardo mariano, diente de león y té verde es un ejemplo perfecto de cómo los ingredientes funcionales también pueden formar parte del repertorio de un paladar exigente. No sólo ayudan al organismo a resetearse después del exceso; también construyen un perfil aromático con capas, carácter y versatilidad.
Sabores que limpian (y que saben a algo)
El verdadero encanto de esta infusión está en su equilibrio entre lo funcional y lo gastronómico. Aquí no hay edulcorantes artificiales ni aromas de frambuesa: hay ingredientes con nombre propio y tradición en la cocina natural.
El cardo mariano es el alma del brebaje. Se utiliza desde hace siglos por su capacidad para proteger y regenerar el hígado, pero también por su intensidad amarga, profunda, que recuerda al alcaucil y combina bien con toques cítricos o especias como el hinojo o el anís estrellado.
El diente de león, además de ser un diurético natural, tiene un sabor más verde y algo punzante, como una hoja de rúcula o una infusión de perejil fresco. En gastronomía, su raíz tostada ha sido usada como sustituto del café y sus hojas como verde salvaje en ensaladas. Aquí actúa como contrapunto refrescante y digestivo.
El té verde equilibra los otros dos ingredientes con su frescura, sus notas ligeramente herbáceas y su trasfondo dulce. Es el puente que une el conjunto y, además, aporta ese plus de antioxidantes que se agradece en cualquier momento del año.
Una base para crear
Puedes tomar esta infusión como lo harías con un caldo ligero: en una taza caliente por la mañana, para activar el cuerpo y el sistema digestivo, o fría, en versión iced tea, con rodajas de limón, jengibre fresco o menta. Pero también puedes darle una vuelta más.
Por ejemplo, usarla como líquido base para cocer un arroz integral con verduras; añadirla a una sopa fría tipo consomé vegetal, o incluso como marinada ligera para pescados blancos o tofu. También funciona como parte de una vinagreta herbal o como infusión de base para un granizado sin azúcar.
La clave está en entenderla como ingrediente gastronómico, no como medicamento. Algo que se saborea, se integra, se disfruta. Porque un «detox» puede —y debe— ser sabroso.
Cocina líquida para tiempos de equilibrio
Septiembre no tiene por qué empezar con una renuncia. Puede hacerlo con un cambio de ritmo, con recetas que nos reconecten con lo esencial: productos naturales, sabores limpios y combinaciones que tienen sentido más allá de la moda.
Esta infusión de cardo mariano, diente de león y té verde es eso: una receta líquida con intención, que ayuda a equilibrar el cuerpo sin castigar el paladar. Una forma de volver a la rutina sin nostalgias, con más criterio, y sobre todo, con buen gusto.
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