El «anti-resaca» natural: la sopa fría que restaura tu cuerpo después de una noche de excesos
Ligera, hidratante y repleta de probióticos, esta receta de pepino y yogur es la opción perfecta para recuperar el cuerpo tras comidas copiosas o noches de fiesta
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Iniciar sesiónDespués de una cena abundante, una noche de fiesta o simplemente un día de excesos, nuestro cuerpo necesita un respiro. Los síntomas típicos de una resaca —deshidratación, malestar digestivo, fatiga y dolores de cabeza— son una señal clara de que necesitamos reponer líquidos, minerales y ... descansar el sistema digestivo. En estos casos, una sopa fría puede convertirse en el mejor aliado para volver a la normalidad sin recurrir a soluciones artificiales. La propuesta: una sopa fría de pepino con yogur natural, que combina hidratación, frescor y un valioso aporte de probióticos.
Este tipo de receta tiene raíces profundas en varias culturas gastronómicas, desde el tarator búlgaro hasta el cacık turco o el ensalada griega horiatiki, y todas tienen algo en común: son platos diseñados para combatir el calor, restaurar el cuerpo y ofrecer una alternativa ligera pero nutritiva. El pepino es un vegetal con más de un 95% de agua, ideal para rehidratarse. El yogur natural, además de ser saciante, ayuda a regenerar la microbiota intestinal dañada por el alcohol o los excesos alimentarios. Todo ello aderezado con limón, ajo, aceite de oliva y hierbas frescas.
Un alivio inmediato para el estómago
Al tomar una sopa fría como esta, lo primero que se nota es una sensación de alivio. No sólo refresca por dentro, sino que relaja el sistema digestivo. La acidez del yogur y del limón ayuda a despertar el apetito —si está ausente— y a calmar posibles náuseas. El ajo, aunque en poca cantidad, tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, mientras que la hierbabuena actúa como relajante natural. El resultado es un plato tan sencillo como efectivo para quienes necesitan recomponerse sin esfuerzo.
Además, no requiere tiempo ni fogones: basta con pelar un pepino grande, añadir un yogur natural (sin azúcar), el zumo de medio limón, un diente de ajo, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sal al gusto. Todo se tritura en batidora y se sirve muy frío. Opcionalmente, se puede coronar con unas hojas de menta o con pepino picado muy fino para darle textura.
Para desayunar, comer o cenar (y repetir si hace falta)
Una de las mayores ventajas de esta receta es su versatilidad. Puedes tomarla como desayuno salado en días calurosos en los que cuesta ingerir sólidos, como comida ligera o incluso como cena reparadora. También puedes tenerla en la nevera y tomarla a lo largo del día en pequeños vasos, a modo de «suero natural».
Y aunque en este caso hablamos de un remedio post-excesos, lo cierto es que esta sopa fría es ideal durante todo el verano, incluso como plato estrella de una dieta ligera y saludable. Se puede enriquecer con nueces picadas, semillas de sésamo, eneldo, cebollino o incluso un poco de queso feta desmenuzado para convertirla en un plato más completo.
Existen más opciones naturales contra la resaca
Si bien esta sopa fría de pepino y yogur es especialmente eficaz por su perfil nutricional y su facilidad de digestión, existen otros remedios naturales que también pueden ayudar a recuperarse. Los zumos con frutas ricas en potasio como el plátano o el melón, infusiones digestivas como la de jengibre o hierbabuena, e incluso bebidas tradicionales como el gazpacho, cumplen funciones similares: hidratar, aportar minerales y facilitar la digestión.
Pero si hay una receta que cumple con todo —frescor, nutrición, ligereza y placer— es esta sopa fría. Por eso, si alguna vez te levantas con el cuerpo pidiendo tregua, recuerda este sencillo plato: funciona como un bálsamo natural para el estómago… y para el alma.
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