Última hora sobre Ernesto de Hannover: convaleciente y atendido en casa

A sus 71 años, Ernesto de Hannover preocupó a todos con aquella hospitalización de hace un mes, aunque las primeras alarmas dieron paso al alivio con su posterior alta para proseguir con su recuperación junto a los suyos y con el apoyo incondicional de su novia, Claudia Stilianopoulos.

La prensa alemana es la encargada ahora de facilitar información sobre su estado de salud, que todavía no es el óptimo a juzgar por las publicaciones. Todo marcha más lento de lo que desearían tanto el interesado como sus familiares. La recomendación de los médicos es que se lo tome todo con más tranquilidad.

«Ernesto de Hannover regresa a la vida cotidiana después de su estancia en la clínica. El príncipe debe tomarse las cosas con calma y está siendo atendido en casa por un especialista», ha informado la publicación 'Bunte'. No obstante, este medio destaca que la evolución, aunque lenta, es positiva después de su ingreso en el hospital, que le obligó a permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos durante cerca de dos semanas antes de pasar a planta durante unos cuantos días más.

Lo que no se acaba de saber exactamente es a qué se debió su ingreso y cuáles son los problemas que arrastra. En un primer momento se habló de alguna circunstancia relacionada con la operación de cadera a la que fue sometido en diciembre de 2024, pero eso se descartó pronto. Ahora se habla de «un problema en el corazón», según sugiere el citado medio.

Al menos, Ernesto de Hannover no está solo. Durante esta estancia en la Rúber Internacional, el marido de Carolina de Mónaco recibió la visita y las atenciones constantes de su pareja, Claudia Stilianopoulos, de 51 años, además de su hijo Christian y su nuera, Sassa de Osma, siempre pendientes de él.

'Bunte' asegura que la pareja está profundamente enamorada y que nada más recibir el alta lo primero que hizo Ernesto de Hannover fue comprarle un ramo de flores a su novia «en agradecimiento a sus atenciones y cuidados». También añaden que no tardó en dirigirse por su propio pie a darse un homenaje en el Hotel Rosewood Villa Magna de Madrid, donde se habría metido un espectacular banquete en el cuerpo.

En los días que siguieron al alta hospitalaria de Ernesto de Hannover, se le vio paseando por Madrid «con un bastón y un andador», según detalla 'Bunte'. Tampoco ha pasado desapercibida en los medios alemanes la cadena de oro que llevaba colgada al cuello con una pequeña cruz dorada.

«Aunque parece mejorar de su cirugía de corazón, todavía necesita recibir más tratamiento en casa», ha recordado el medio citado, insistiendo en que su probable problema cardíaco exige reposo y alejarse de cualquier estrés e inquietud. No es sencillo conociendo el carácter nervioso de Ernesto de Hannover.

«Los médicos le insertaron a Ernesto de Hannover un catéter venoso periférico en el antebrazo a través del cual recibe transfusiones. El objetivo principal es garantizar que sus riñones vuelvan a funcionar y que el príncipe no tenga que someterse a diálisis permanente», ha insistido 'Bunte'.

«Para el tratamiento posterior se contrató a una enfermera que instaló en su apartamento una sala médica con todo el equipamiento médico necesario. Su novia, Claudia, se preocupa mucho de que él se cuide y no vuelva a cometer excesos», ha resumido la publicación alemana.