Isabel Pantoja, muy impactada por su asistencia al Baile de la Rosa

A mi, personalmente, la retransmisión de la moción de censura me aburrió soberanamente. Tal vez no tanto como a Carmen Prieto-Castro, que se descalzó y puso sus pies sobre la barandilla de la tribuna de invitados, aduciendo no sé qué problemas de salud, ante el requerimiento del ujier del Congreso. Lo mejor las anotaciones de Tamames, al que parecía hastiarse Sánchez, cosa que no dudo. Lo mucho cansa, presidente. A mis tías les gustó «la roja jugando a lady», porque la encuentran bien arreglada, aunque poco apropiada para la gente necesitada que es a la que se dirige para que la voten. Al final todo ha sido un poco una astracanada con principio y sin final.

Me divierten mucho más las declaraciones de Isabel Pantoja. No porque hable repetidamente y reiteradamente de su madre, porque evite cualquier referencia a ninguno de sus hijos, ni a sus amores o amoríos que, no por ser conocidos, son menos, no ya interesantes, sino curiosos. Está la tonadillera muy impactada y contenta porque la han invitado al Baile de la Rosa, que se celebra anualmente en Mónaco, añadiendo que se encuentra muy feliz porque le tiene un 'cariño entrañable' a la Princesa Carolina.

La cantante no la conoce personalmente, pero considera que las dos han tenido unas vidas paralelas. Digo yo que será por la viudedad, vivida de manera muy diferente, una de la otra. Una tiene dos hijos con los que mantiene una relación complicada y difícil. La otra tiene unos hijos felizmente casados y muy bien, por cierto, con los que se reúne en un magnífico barco de su propiedad todos los veranos. Una ha tenido unas relaciones amorosas cuestionadas hasta el punto de tener que entrar en prisión. La otra se casó con el Jefe de una casa Real mediatizada, tuvo una hija y pasó de ser Alteza Serenísima a ser Su Alteza Real. Una vive recluida en un campo de una manera un tanto misteriosa.

La otra hace una vida normal de acuerdo con su rango. Los Príncipes de Mónaco presiden la Gala en una mesa con sus invitados. La Societé de Bains de Mer es la que expide las invitaciones. Marcas comerciales y particulares compran las mesas y las completan a su vez con sus compromisos ó amistades. Como consejero de Biotonus Yacht Club de Monaco he asistido en tres ocasiones. Allí he coincidido con algún empresario español y también con los propietarios de unas perfumerías de Madrid, que estaban en la mesa comprada por una conocida firma de cosmética.

Si Pantoja se fotografía con la Princesa Carolina será porque la Oficina de Prensa del Principado está de acuerdo, de lo contrario se contentará con ver a su entrañable no amiga desde una distancia prudencial. La Princesa caza en Extremadura, pero no habla español. Lo seguro es que Pantoja se lo va a pasar colosal.