Susanna Griso: «Viví el divorcio con dolor, pero queda mucho cariño»

Durante años formaron una de las parejas más discretas y estables del mundo de la comunicación. Trabajaron juntos en Catalunya Radio, donde comenzó su relación. Fue en 1997 cuando se dieron el 'sí, quiero' después de que se comprometieran «a varios metros de altura»: «No recuerdo si me lo pidió él o se lo pedí yo… pero no fue una pedida como tal, lo hablamos cuando volvíamos de Nevada», recordó la periodista durante una entrevista. Tras el enlace llegaron sus dos hijos, Jan y Mireia, y en abril de 2018 se sumó Dorcette, a quien adoptaron en Costa de Marfil tras ocho largos años de espera.

«Yo no viví el divorcio con rabia», comienza diciendo Susanna Griso esta semana en Drama Queen, el pódcast de ABC que presenta Pilar Vidal. «Lo viví con dolor porque es un proyecto que termina. Pero me dije que lo que me quedaba era un cariño inmenso», continúa. «Al final es una persona con la que has compartido muchos años. Yo estuve 23 años casada, pero además fueron 27 años de convivencia», es por ello que considera que su exmarido ha formado parte de «mi vida profesional y mi vida adulta... Desde un poquito antes de que me emanciparse».

Sobre el productor televisivo, «pensé que siempre iba a estar ahí Es el padre de mis hijos, al que quiero mucho y que yo tenía que cuidar y me propuse cuidarle y creo que él también a mí», en ese sentido opina que la suya ha sido una separación «modélica»: «También fue porque nosotros éramos un muy buen equipo como pareja y entonces hemos intentado también ser buen equipo cuando nos hemos separado». Aunque en ese momento, «lo que más me preocupaba era el tema de mis hijos», sobre todo porque «era un momento difícil porque mi hija estaba en Estados Unidos y nunca sabes cómo decirlo».

Reconoce que «lo que más miedo me daba era que se enterasen por los medios»: «Yo intenté ser muy discreta, lo sabían muy pocas personas de mi entorno». Al final, la noticia acabó filtrándose y salió publicada el 24 de diciembre en la portada de una de las principales revistas de nuestro país y todavía había parte de la familia a la que no se lo habían contado: «Fue durísimo que se enterasen de esa manera», reflexiona.

Haciendo memoria, Susanna Griso cuenta que su hijo mayor fue el que mejor se tomó la noticia: «Me dijo algo que a mí me ayudó muchísimo: 'No pasa nada, ahora voy a tener la mejor versión de cada uno de vosotros'. Y sinceramente creo que es así porque cuando te separas necesitas tomar oxígeno, reencontrarte a ti misma y recuperarte un poco», pues hasta ese momento «mis hijos nos habían visto como pareja, como equipo, como padres» y ahora «nos han podido disfrutar de manera individual y creo que para ellos ha sido más enriquecedor».

Aunque intenta ver la cara positiva, confiesa que «siempre te duele porque hemos hecho muchos viajes juntos y ese equipo, eso se rompe, por muy bien que te lleves». Y a pesar de que nunca va a volver ser igual que antes, Susanna cree que una separación «se puede llevar bien si ambas partes se quieren y sobre todo si piensan mucho en los hijos, que al final para mí siempre han sido la prioridad».