El refugio de Alba Carrillo en el año más sorprendente de su vida

Cuando en 2016, tras menos de un año de matrimonio con el tenista Feliciano López, Alba Carrillo se vio anunciando su divorcio y teniendo que hacer una mudanza para salir de la casa que compartió con el deportista y que ella misma reformó y decoró pensando en una larga vida en común e incluso en compartir una familia, supo que no quería volver a repetir esa experiencia. Su destino fue la casa en la que vivían sus padres, que en realidad de manera legal le pertenece a la modelo y que hoy se ha convertido en ese lugar sagrado del que no ha llegado quién que la saque, y eso que ha tenido diferentes relaciones duraderas después de su breve época de casada.

Pero ella, no solo es que lo tuviera claro, es que además en una intervención televisiva en Sábado Deluxe después del divorcio lo exteriorizó sin tapujos, no quería volver a tener que vivir ese proceso de ser la persona que abandona lo que consideraba su casa. Por eso tenía claro que, en futuras relaciones, un requisito indispensable es que fueran ellos quienes se mudasen a su vivienda, porque ella no pensaba moverse.

Menos mal que su casa es amplia y cuenta con todo tipo de comodidades. Firmó su compra en 2012 y se trata de una casa unifamiliar de 227 metros cuadrados divididos en cuatro plantas, garaje, trastero, jardín privado y piscina comunitaria. Está situada en una localidad fuera del centro de Madrid, pero a pocos minutos por autovía. En este momento, teniendo en cuenta el precio por metro cuadrado, quizá la colaboradora televisiva podría llegar a pedir un millón de euros si se plantera vender, algo que parece muy lejos de sus planes más inmediatos.

Y menos ahora que hace solo unas semanas que ha anunciado ruptura con Álex Coves, un empresario con el que apenas llevaba seis meses de relación. Fue ella misma quién en 'D Corazón' dio la noticia de que ya no tenía pareja, «bien no estoy. Pero bueno...cosas que pasan... Yo he sido feliz (...) No ha sido una cosa tormentosa ni nada de eso, pero esta semana ha sido un poco complicada» explicaba visiblemente seria y contando que está un poco cansada de todo lo que tiene que ver con el amor, por lo que ahora quiere estar sola.

Y es que tiene mucho en lo que centrarse. Pues tras su despido en Mediaset, con el que no estuvo conforme y que le llevó a denunciar tanto a la cadena como a la productora para la que trabajaba, ha encontrado más vida. A lo largo de este año ha sido finalista de 'Bake off: famosos al horno', se ha convertido en colaboradora de 'D Corazón' y de 'Mañaneros' en Televisión Española y acaba de batir récord en 'El Cazador' después de mantenerse durante siete programas consecutivos.

Y, aunque su primer intento de podcast, 'El salón del té', no le funcionó como le hubiera gustado, si ha tenido una gran acogida 'Crimen y Carrillo', un videopodcast sobre criminología, carrera que desde hace años está estudiando, que presenta junto a Blas Ruiz. En el que se muestra tan pizpireta y espontánea como siempre lo ha hecho, y su complicidad con su compañero ha sido tan buena como la acogida del proyecto, con el que cumple su sueño de dedicarse a los medios de comunicación pero de avanzar en un contenido que vaya más allá de su propia vida privada o la de otros.

Jamás podría haber esperado todo lo que el destino tenía preparado para ella cuando, tras una invitación a marcharse de Mediaset, se sintió perdida y desubicada, además de muy poco valorada. Todo esto lo trata en 'Lista para la vida', un libro que publicó a finales de 2023 en el que cuenta las vivencias y pensamientos que le han llevado al momento que está viviendo en la actualidad, que es muy diferente al que ella jamás pensó, pero que según sus propias conclusiones le ha enriquecido, le ha hecho vivir momentos con los que nunca soñó y sobre todo le ha enseñado a no planear, a dejarse llevar y a disfrutar lo que viene, tal como viene, sin pensar en el futuro. Sus padres, su hijo y su casa son su ancla y su puerto seguro, y teniéndoles a ellos, lo tiene todo.