Mónica Naranjo y Ana Milán: ¿el final de una larga amistad?

Ambas mujeres, de reconocido carácter, entraban en la significativa etapa de la cincuentena con una amistad duradera de dos décadas, una relación llena de complicidad y repleta de un afecto que nunca dudaron en publicitar en redes. Las mismas que ahora delatan una posible fractura.

El periodista Javier de Hoyos ha levantado la liebre en su perfil de Instagram: las que fueran grandes amigas podrían haber roto su relación después de más de 20 años de inquebrantable amistad, o eso parecía. ¿La pista? Que ambas han dejado de seguirse mutuamente en las redes sociales.

Se trata de un gesto que en estos tiempos cobra significancia. Javier de Hoyos recuerda en su vídeo que cuando Mónica Naranjo rompió su relación con Óscar Tarruella, uno de sus grandes apoyos fue precisamente Ana Milán. De hecho, ella se convirtió en uno de sus pilares fundamentales en su vida y le llegó a confesar en su programa «Mónica y el sexo» que necesitaba «liberarse más». De hecho, y según confesaron ellas mismas, cuando se conocieron estuvieron a punto de pasar la barrera de la simple amistad...

Fue la propia Mónica Naranjo quien afirmó sentir una gran pasión hacia Ana Milán e incluso reconoció haberse enamorado de ella la noche en la que la conoció. Pero entonces la cantante tenía pareja y finalmente aquello derivó en una bonita relación de amistad. Aun así, la diva siempre ha exteriorizado su admiración por la actriz: «Es tremenda. Es bella por fuera y bella por dentro».

Por el momento ninguna de las dos se ha pronunciado sobre qué significado tiene que se hayan dejado de seguir en redes, algo que no es muy habitual entre personas que se quieren y se manejan en Instagram. Obviamente, tampoco han actualizado en público el estado de su relación.

No está siendo un buen momento para Mónica Naranjo, cuyos fans están preocupados por su carrera musical y cierta inactividad poco habitual en ella. Igual es solo una anécdota el asunto este de la deslealtad en redes. O quizá solo haya sido una riña momentánea antes de que las aguas regresen a su cauce habitual.