Miren Ibarguren: «Las mujeres somos mucho más de lo que diga una báscula»

—Imagino que hoy es un día grande para una actriz que presenta su primer papel protagonista en una película. ¿Se ha gustado al verse en 'La novia de América'?

—Siempre me veo con cierta distancia porque intento separar mis inseguridades del trabajo. Creo que es una película muy redonda con momentos muy cómicos y en general pienso que hemos hecho un buen trabajo.

—¿Esas inseguridades de las que habla hacen que siempre se quede con la sensación de que podía haber hecho más?

—Siempre lo pienso. Es terrible porque tener el trabajo sobre tu cuerpo y tu cara puede resultar muy duro cuando te ves desde fuera. Vas enlazando trabajos y te ves siempre todo el rato. A veces hasta te cansas de mirarte.

—Su fuerte es el humor y eso que esta película puede ser un drama en ciertos momentos.

—No sé si se me da bien el humor o es que estoy más entrenada en ese género porque lo cierto es que sólo me ofrecen papeles de comedia. Tengo un monólogo en la película en el momento de arranque que está genialmente escrito y resulta un 'Shakirazo' en toda regla al tratarse de una mujer muerta de dolor que va a reventar la boda de su exnovio.

—¿Comparte lo de que las mujeres ya no lloran y ahora facturan? ¿Se acabó el mito de la dama de las camelias?

—La mujer de hoy es una trabajadora, sufridora o ganadora, pero ha dejado de ser la acompañante de. Hoy las historias que se cuentan en las películas vienen de mano de mujeres que trabajan en el medio, directoras, guionistas, realizadoras…., y creo que resultaba muy necesaria esa visión de la mujer con más sentimiento e historias femeninas.

—Venimos de una polémica en la gala de los Goya donde de nuevo se ha juzgado públicamente a una mujer por su aspecto físico. Me refiero a las críticas que ha recibido la actriz Berta Vázquez en redes tras posar en la ceremonia con algunos kilos de más.

—Cuesta mucho cambiar las cosas en nuestra sociedad y sobre todo ciertos comportamientos que tienen un tinte machista. Seguir hablando de que alguien ha engordado me parece patético. Da igual lo que pese una persona porque no hay que dar valor a esas cosas. Necesitamos más armas en educación y políticas para que nuestros niños no tengan que sufrir lo que ya hemos padecido nosotras.

—¿La pasarela de los Goya fue fastuosa pero si somos sinceros no cree que se sigue ensalzando la belleza, delgadez, juventud...?

—Sí y empieza a ser aburrido porque las mujeres somos otra cosa mucho más rica que lo que diga una báscula.

—Vivió en sus propias carnes lo que supone la gordura cuando interpretó en 'La que se avecina' a su personaje enfundada en un 'fat suit' para disimular su embarazo, algo que tuvo muchas críticas por los que consideraron era una manera de burlarse de los gordos.

—Decidimos hacer eso para ocultar mi embarazo de nueves meses y se optó por una trama con final feliz en el que mi personaje, Yoli, asume su cuerpo y está contenta a pesar de que eran los de alrededor los que la machacaban. Al principio hubo críticas pero pienso que fue porque no habían visto el final de la trama ya que nunca se trató de hacer burla de la gordura sino justo lo contrario y presentar una crítica de lo que sufre la gente que tiene más peso por la opinión del resto.

—¿Y a usted qué le hace sufrir?

—La injusticia. La transfobia, la homofobia, el machismo… cosas que aún te sorprenden.

—Su trabajo le permite dar visibilidad a muchas causas. ¿Es algo que tiene en cuenta a la hora de aceptar un trabajo?

—Para ser sincera tampoco te llegan tantas ofertas con las que puedas reivindicar. En el trabajo manda la hipoteca, como a cualquier españolito de a pie, y en eso somos iguales. Lo que sí hago es aprovechar mis redes sociales para hacerme eco de lo que quiero destacar. En mi Instagram he descubierto gente muy interesante que hace cosas increíbles. Si la popularidad sirve para eso pues bendita sea.

—¿Qué echa de menos de su Donosti natal?

—Mis amigas, mi familia y la comida. No soy cocinitas y sí buena comedora y no hay sitio en el mundo donde se coma mejor que en Donosti. Mi pena es que no puedo ir tanto como quisiera.

—¿Cómo se arregla estando sola en Madrid?

—Llevo veinte años en Madrid y tengo amigos que son como una familia a los que puedo recurrir.

—¿Le hace gracia el humor vasco?

—Me encanta y confieso que tengo debilidad por todo lo vasco porque me encanta ser vasca. A mi bebé de seis meses ya le hablo en euskera.

—¿Qué cree puede mejorar de este mundo para el futuro de su hijo?

—Me gustaría que respetara a los demás tal y como son y por supuesto que supiera euskera, son dos básicos importantes.

—¿Le apetece un dramón en un nuevo trabajo?

-Pues reconozco que hay tantas cosas que hacer como las películas de acción, de terror, de misterio… todo me apetece y motiva.