Michael Jackson, o la condena del absuelto
Charlamos con Pablo Rodríguez Lago, autor de 'Volviendo a Neverland', el primer libro en español que desmonta las acusaciones de abuso sexual
El rey del pop cumpliría 67 años este 29 de agosto
De regreso al Neverland de Michael Jackson: la vida de las víctimas, seis años después
A principios de los noventa, Michael Jackson era el rey del mambo. También del pop, según los entendidos. Su carrera musical comenzó a los seis años, con el grupo Jackson Five, donde actuaba junto a cuatro de sus nueve hermanos. Lo creó el patriarca, Joe ... . «Actuábamos para él y él nos criticaba. Si metías la pata, te pegaba, a veces con el cinturón, a veces con una vara. Mi padre era muy estricto con nosotros, terriblemente estricto», contaría luego Michael. Tras debutar como solista en 1971 se erigió en icono a nivel mundial.
El dinero entraba a espuertas en Neverland, un gigantesco rancho con su propio parque de atracciones. Un hogar soñado por el que desfilaron montones de chavales con pocos recursos a los que invitaba con sus familias. Hacerlo, contaban quienes le conocieron, le ayudaba a dar rienda suelta a su faceta filantrópica y a aliviar esa sensación de soledad atada a la fama masiva.
En esas andaba cuando en 1993 fue acusado de abusos sexuales por los padres de un niño de 13 años llamado Jordan Chandler. Aunque el chaval dio a las autoridades varias descripciones contradictorias y muy poco precisas de los genitales de Michael, la policía de Los Ángeles obtuvo permiso para fotografiar las partes íntimas del artista (quien fue avisado de que, si se negaba, sería tomado como indicio de culpabilidad). «Fue el momento más humillante de mi vida», declararía el cantante. Entre otras cosas, Jordan dijo que su otrora amigo tenía manchas —cosa lógica, pues padecía vitíligo— y que estaba circuncidado —algo que la autopsia que en 2009 se hizo al cantante probó como falso—. Después de un año de investigación, ninguno de los fiscales acusó al artista de delito alguno y el caso civil se resolvió por alrededor de 15 millones de dólares en un acuerdo extrajudicial.
La primera denuncia
Sin embargo, muchos han seguido repitiendo que obró así para librarse de una condena segura. Llegados a este punto, conviene hacer un breve retrato de Evan Chandler, quien denunció al artista en representación de su hijo. Dentista de profesión y guionista frustrado, el sujeto tenía un carácter agresivo y en varias ocasiones fue demandado por negligencia médica en el Estado de California, violación y agresión sexual. Durante la lucha judicial con su exmujer June por la custodia de Jordan, dejó de pagar la manutención infantil (llegando a deber más de 60 mil dólares). Al principio presumía de su relación con Michael, pero empezó a sentirse incómodo al ver que su hijo pasaba más tiempo con su madre y con el cantante que con él mismo, así que contrató a un abogado para intentar ponerle fin. En varias conversaciones telefónicas mantenidas con la pareja de su ex mujer, que audazmente fueron grabadas por el equipo del cantante, empezó a dejar claras sus intenciones de destruir a Michael mediante un plan estudiado meticulosamente si no accedía a soltar pasta.
Evan decidió amenazar a Michael con demandarle por abusar de Jordan si no le entregaba 20 millones de dólares, pero el cantante se negó. Entonces le dijo que aceptaría un millón por permanecer en silencio, pero el intérprete de 'Thriller' volvió a mandarle a paseo. «No conozco ningún caso de abuso sexual infantil en el que los padres hayan pedido dinero para sí mismos», comenta Pablo Rodríguez Lago, autor del libro 'Volviendo a Neverland' (Applehead Team Creaciones). «Si Michael hubiese querido silenciar a ese niño y a su padre les habría pagado desde el primer momento y nadie se habría enterado de esto. Pero no lo hizo», añade. Chandler hizo públicas las acusaciones y Michael le demandó por intento de extorsión. El padre del niño solo mostró interés en el proceso civil, por el que podría percibir una indemnización millonaria. En 'All That Glitters', el libro del hermano de Evan Chandler, se deja claro que este no quería un juicio penal.
Michael Jackson y Macaulay Culkin
Siete meses después de aceptar el mencionado acuerdo, los Chandler le dijeron al fiscal del distrito que Jordan no quería testificar contra Michael. Si la fiscalía hubiese hallado indicios de culpabilidad, podría haber acusado igualmente al artista incluso sin la colaboración de los Chandler. Sin embargo, tras 18 meses de investigación, el fiscal del distrito de Los Ángeles, Gil Garcetti, concluyó que no hubo indicio alguno ni evidencia de que hubiese cometido acto criminal y no le acusó. La truculenta historia forma parte de Volviendo a Neverland, donde se analizan minuciosamente todas las acusaciones contra un hombre convertido de la noche a la mañana en objeto de burlas y ataques virulentos en periódicos, revistas y programas televisivos.
«Michael Jackson nunca afirmó que le gustase compartir su cama con niños»
Con la esperanza de limpiar su buen nombre, Michael abrió las puertas de su rancho durante ocho meses al periodista británico Martin Bashir, que le prometió que mostraría de una vez por todas al mundo su verdad. Como resultado de las charlas íntimas que ambos mantuvieron entre mayo de 2002 y enero de 2003 salió un controvertido documental, 'Living with Michael Jackson', donde Bashir presenta al artista como un hombre enganchado a la cirugía estética y cuestiona su afición a compartir habitación con niños. «Es necesario dejar claro que Michael Jackson nunca afirmó que le gustase compartir su cama con niños y nunca invitó a ninguno a su habitación», apunta Rodríguez Lago. «Según las propias declaraciones juradas de los niños y las de sus padres, los adultos también estaban allí y también entraban en la habitación libremente. El patrón establecido a partir de los testimonios consistía en que ocasionalmente sus invitados, niños y adultos a los que consideraba amigos cercanos, pasaban la noche en su cuarto, que era de dos plantas y tenía todas las comodidades de un salón».
Living with Michael Jackson fue visto por varios millones de personas y marcó un antes y un después en la imagen pública del artista. Pero para mal, lo que llevó a que Michael se sintiera traicionado por Bashir y destrozado. Aquel mismo otoño, un niño de 13 años, Gavin Arvizo, volvió a acusar al cantante de abusos sexuales. Neverland fue entonces registrado por los oficiales del Departamento del Sheriff de Santa Bárbara. Se ha llegado a afirmar en ciertos medios que durante el registro se encontraron cuartos secretos y pornografía infantil, aunque los informes existentes revelan que lo más escandaloso que apareció por allí fue un puñado de revistas porno heterosexual de curso legal. «Soy inocente de las acusaciones, y lucharé con uñas y dientes hasta el final para demostrar mi inocencia», comentó Michael, acusado de nueve cargos, entre los cuales siete se referían a una conducta lasciva con un menor, y otros dos más por administrar 'un agente tóxico' con el fin de consumar los abusos.
Gente como el actor Macaulay Culkin o el presentador Jay Leno testificaron a favor del cantante, que en 2005 salió declarado no culpable de todos los cargos. «La evidencia más burda de las acusaciones de Arvizo fue el cambio de fechas de los supuestos abusos», recuerda el autor. «Primero dijo que empezaron el 7 de febrero de 2003, justo el mismo día de emisión del documental de Bashir. Pero es que justo después de la emisión, los servicios sociales investigaron a Jackson por la polémica que habían suscitado las imágenes con Gavin, y todos los Arvizo defendieron al cantante. Así que la fiscalía cambió la fecha al 20 de febrero, justo después de que los Arvizo fueran grabados en vídeo defendiéndolo. Entonces, si creemos en las acusaciones de Arvizo, tenemos que creer que Michael Jackson esperó justo a que empezase la investigación sobre su conducta con un niño para abusar de ese niño en concreto».
Durante el juicio, los Arvizo cambiaron de versión constantemente, no solo en lo relativo a las fechas y el número de veces que presuntamente se produjeron los abusos, sino también a la hora de abordar el contexto que rodeó los hechos. «Star, el hermano de Gavin Arvizo, afirmó haber presenciado abusos desde las escaleras de la habitación porque, según decía, Michael no escuchó el timbre de la entrada. Pero una prueba de vídeo demostró que sí se escuchaba, incluso con la puerta cerrada. Gavin dijo que Michael desnudo era completamente blanco, pero en realidad tenía manchas por todo el cuerpo debido al vitíligo. Por si fuera poco, los Arvizo tenían antecedentes penales y ya venían de hacer otras acusaciones falsas de abusos sexuales para conseguir dinero». El asunto llegó a su fin en junio de 2005, cuando, tras más de treinta horas de discusiones, el jurado declaró a Michael inocente de todos los cargos que se le imputaron. No obstante, muchos desconocen aún hoy que resultó absuelto.
El lado morboso
En esto influyó sin duda el papel de ciertos periodistas que, de manera deliberada, ignoraron el caso de la defensa y los contrainterrogatorios a los testigos de la fiscalía. Más de un medio llegó a ofrecer verdaderos pastizales por cualquier historia morbosa que incluyera el nombre de Michael Jackson y les daba igual si era cierta. Algunos ex empleados del artista hablaron en el juicio de las cifras que ganaban por contar barbaridades en la prensa. Phillipe LeMarque, ex cocinero de Jackson, confesó en el estrado que negoció por 100.000 dólares una historia sobre el músico tocando la entrepierna de Macaulay Culkin. Luego pidió 500.000 por decir que la mano estaba bajo el pantalón. Años más tarde, publicó un libro con las 'recetas favoritas de Michael Jackson'. Ninguno de ellos acudió a las autoridades, que es lo que se espera de alguien que ha sido testigo o sospecha de algo tan deleznable como un caso de abusos sexuales. Todos fueron a los medios a vender chismes de los que luego se retractaron en los tribunales y en las entrevistas policiales.
«Algunos medios se limitaron a seleccionar solo aquellas declaraciones escabrosas sobre Michael, pero cuando se evidenciaba que esos testigos carecían de credibilidad, simplemente no era reportado en la prensa. Los miembros del jurado sí pudieron escuchar los testimonios completos, por eso fue absuelto por unanimidad desde la primera votación. Mientras duraba el proceso, los medios de comunicación se ensañaron de la forma más vil posible. Algunas cadenas hicieron reportajes televisivos sobre cómo sería la cárcel de Michael Jackson, pretendiendo hacer una especie de 'reality' sobre su estancia en prisión y apostando cuánto tiempo tardaría en suicidarse. Hasta Oprah hizo un especial condenatorio mientras deliberaba el jurado, algo impensable y hasta ilegal en otros países». Por lo que sea, la noticia de su absolución contó con una presencia anecdótica en la prensa.
Michael Jackson y Lisa Marie Presley
Ahora bien, que un periodista reconozca hoy que el artista era inocente equivaldría a que admitiera que ha mentido al público sistemáticamente durante décadas. Total, todo parecía valer tratándose de un tipo excéntrico del que se decía que se había querido volver blanco, que dormía en una cámara de oxígeno o que tenía por mejor amigo a un mono telepático. También repetían que era gay, algo poco ventajoso en su caso, teniendo en cuenta que algunos asocian homosexualidad y pederastia. «Él siempre aseguró que era heterosexual, y no hay un solo hecho en toda su vida que refleje una atracción por hombres: ni una nota, llamada telefónica, conversación grabada en secreto, poema… nada. Por el contrario, tenemos el testimonio de sus agentes de seguridad, Bill Whitfield y Javon Beard, que alguna vez han hablado de cómo recogían y llevaban a las novias de Michael en secreto para que los medios no las persiguiesen. O la palabra de Lisa Marie Presley, su ex mujer, que hasta el último día de su vida aseguró que su matrimonio fue normal y que tuvieron sexo real. El esfuerzo por desvirtuar su matrimonio forma parte de toda esta narrativa perpetuada por los medios de comunicación».
La mayor estrella del pop que había conocido el mundo falleció en junio de 2009, debido a una sobredosis de sedantes. Meses después de esto, el FBI desclasificó a petición de los medios su investigación de más de diez años realizada al interfecto, presentando un informe de 333 páginas en el que no había ni una sola prueba de que el cantante hubiera cometido delito alguno. Sin embargo, el estreno de un documental de HBO titulado 'Leaving Neverland' lo devolvió a la primera línea mediática. Dirigido por Dan Reed, lo protagonizan James Safechuck y Wade Robson, quienes aparecen narrando los abusos físicos y emocionales que supuestamente vivieron a manos de Michael Jackson cuando eran niños. La familia del cantante calificó la cinta como «un linchamiento público» sobre dos casos de los que no existen pruebas. Aunque también se hicieron otros documentales en respuesta al de Reed y montones de allegados al artista (entre ellos compañeros de profesión, familiares, otros niños de la época y empleados) recurrieron a las redes sociales, los podcasts y las entrevistas de radio para contar lo que sabían y explicar por qué consideran que 'Leaving Neverland' no es más que un burdo montaje.
Inexactitudes
A lo largo de su investigación, Rodríguez Lago consiguió detectar hasta sesenta pruebas de manipulación, tergiversación e información falsa presentes durante la película. Quizás la mentira que más atención recibió fue aquella en la que Safechuck sostiene que, entre 1988 y 1990, Michael abusó de él en el piso de arriba de la estación de tren de Neverland, e incluso se muestran imágenes del lugar en el documental. Pues bien, los planos y permisos de construcción, las fotografías aéreas del lugar y la prensa de la época demostraron que esa estación de tren no fue construida hasta 1994. Tampoco se queda atrás Robson cuando relata anécdotas como aquella sobre una cena celebrada en Neverland en 2005. Él no se corta un pelo al asegurar que le convencieron para testificar a favor de Michael en el famoso juicio, pero otros testigos afirmaron que aquella cena tuvo lugar después del veredicto. A medida que las trolas de uno y otro quedaban al descubierto, Channel 4, coproductora del proyecto, iba recortando ese metraje de cuestionable credibilidad. Así, sin disimulo.
Robson aseguró igualmente que no presentó antes su demanda porque desconocía la existencia de un patrimonio de Michael, pero durante el proceso se revelaron correos electrónicos que intercambió con los herederos del artista para pedirle trabajo. Además, el bailarín y coreógrafo australiano colaboró con el patrimonio del cantante después de su muerte. En 2011 se ofreció para coreografiar un espectáculo en homenaje a Michael con la firma del Cirque du Soleil. Como no le ficharon, cambió su versión y empezó a acusar a Michael y sus empresas. «Michael Jackson es lo de menos en esta historia, todo se trata de una venganza de Robson contra los gestores de su patrimonio», explica el autor. «Robson está pidiendo una indemnización multimillonaria que compense los daños sufridos. Asegura que no puede hacer música, ni bailar, ni hacer películas debido al trauma. Sin embargo, mientras asegura eso en su demanda, también da clases de baile, publica música y dirige cortometrajes».
Lo que nunca dirá es que, cuando efectuó sus demandas, atravesaba una grave crisis financiera debido a varios rechazos laborales que incluso le llevaron a tener que vender varios artículos que Michael le había regalado. Tampoco dirá que quiso casarse con su mujer en Neverland, que fue a grabar un cortometraje allí después de la desaparición del que fuera su ídolo, o que coreografió la música de Michael en sus clases justo antes de demandar a las empresas. «James Safechuck, por su parte, tuvo la revelación de sus abusos una semana después de que su empresa familiar Sea/Sue Inc. fuese demandada por casi un millón de dólares. Un año después, la demanda ascendió a 24 millones. Ambos, Wade y James, fueron representados por los mismo abogados, expertos en llegar acuerdos multimillonarios por acusaciones de abuso sexual». Sus casos fueron desestimados por dos jueces.
Un acuerdo económico
La honradez tampoco parece estar en la lista de virtudes de Dan Reed, quien a menudo aparece en los medios denigrando a Michael, como si él mismo fuese parte de la acusación. Cuando criticaron el enfoque sesgado que muestra su documental, el cineasta se defendió respondiendo que no entrevistó a la otra parte porque no quería comprometer su historia. Cada vez que se exponían las mentiras que contiene, se enzarzaba en debates en las redes sociales, tratando de ridiculizar a los fans de Michael y compartiendo chistes sobre el artista y los niños. Y recientemente estrenó en YouTube (esta vez HBO no ha querido involucrarse) 'Leaving Neverland 2', que también está trufado de manipulaciones y en el que se atreve incluso a tergiversar los asuntos judiciales de sus protas.
«Ellos aseguran por ejemplo que el dinero del patrimonio no los va a silenciar, dando a entender que el lado de Michael les ha intentado callar con dinero», dice Rodríguez Lago. «Sin embargo, la realidad es que Wade Robson interpuso su demanda bajo sello en 2013 y presionó al patrimonio para llegar a un acuerdo extrajudicial privado. El patrimonio se negó, y Wade hizo pública su demanda. Actualmente, tanto Wade Robson como James Safechuck han evidenciado en el proceso judicial que están buscando un acuerdo económico extrajudicial, y es el patrimonio el que se niega a ello. Dan Reed manipula esto y le da la vuelta deliberadamente. Pero son los abogados de Robson y Safechuck los que están solicitando una resolución privada, para que sus representados puedan continuar con sus vidas y 'evitarles el estigma público que supone ser víctimas de abuso infantil'».
Desde que en 2019 viera la luz 'Volviendo a Neverland', su autor no ha dejado de recibir insultos y amenazas a través de las redes sociales. «Haberme expuesto de esta forma en relación a un asunto tan delicado me trajo problemas emocionales muy graves hace unos años», apostilla, al tiempo que afirma estar bastante mejor ya. Tanto es así, que en estos momentos se encuentra trabajando en un segundo libro donde se expondrán las complejas tramas de manipulación mediática y jurídica orquestadas por Robson, Safechuck y sus entornos legales. «Me gustaría llevar esta investigación a la pantalla, tengo un guion y algunos colaboradores que estarían dispuestos a trabajar en un documental, pero no tengo los medios suficientes para llevarlo a cabo. Las plataformas con las que he hablado se han negado a desarrollar esta idea, así que estoy buscando productoras independientes que quieran echarme una mano».