Mario Vaquerizo desvela sin tapujos su enorme patrimonio en Madrid: «Creo en el ladrillo»

El colaborador de 'TardeAR' y su mujer decidieron no ser padres, a pesar de las ganas que este tenía de tener un hijo: «Mi mujer no tiene el instito maternal. A ella le encantan los niños, pero no le apetecía tener un hijo. A mí si me hubiera apetecido ser padre porque creo que hubiera sido un buen padre, pero si no era con mi mujer, yo no quería», llegaba a confesar el madrileño.

Algo de lo que parece que no se arrepiente, pues ha reconocido que tener descendencia hubiera cambiado por completo su estilo de vida y su carrera artística: «No quería renunciar a la vida que tengo en la actualidad con las Nancys Rubias los fines de semana. Yo me he criado en un ambiente muy tradicional. Mi madre trabajaba en casa. Yo hasta los cuatro años no fui al colegio. Si yo tengo un hijo, se acaba todo eso», aseguraba Mario Vaquerizo, que tiene otros planes con Alaska para el futuro.

Al margen de la decisión de no ser padres, el cantante ha compartido algunos de los detalles más desconocidos sobre su enorme patrimonio. Vaquerizo ha desvelado que tiene seis casas en la Gran Vía madrileña: «Yo venía de pequeño a los cines de Gran Vía y pasaba aquí el sábado. Antes no estaba tan globalizada y yo decía que quería tener un piso ahí. El primer piso me lo compré con Alaska y ahora tengo seis», comentaba el tertuliano.

Vaquerizo ha reconocido que le encanta el dinero y que ahorra para aumentar esta fortuna, donde las inversiones inmobiliarias tienen mucho peso: «Creo en el ladrillo, no creo en los fondos de inversión, ni en los bonos. Eso siempre va a valer dinero. Soy muy hormiguita, pero también gasto», comentaba el tertuliano.

Olvido Gara y su marido también han comprado la portería del edificio en el que residen para convertirla en su vestidor, aunque sus planes van más allá: el objetivo es adquirir todo el bloque para construir un hotel. «Queremos quedarnos nosotros con la casita rosa y que el resto sea un hotel», ha detallado el vocalista de Nancys Rubias.

La intención es la de garantizar una fuente de ingresos más allá de su trabajo como artistas y comunicadores: «Cuando tenga 80 años no voy a seguir con las Nancys Rubias, tengo que pensar en otras cosas. Es por la tranquilidad del futuro. Queremos el edificio y los dos locales de abajo», ha justificado Mario Vaquerizo.