Laura y Sara Barrios: «En España no se puede vivir del hockey, hay equipos que ni pagan por jugar»

Al poco tiempo recibieron una llamada para entrar en la Selección Española sub-18 y sub-21, donde jugaron en todas las categorías inferiores juntas. Pero el ascenso a la selección absoluta las separó. Laura debutó en solitario en el Campeonato europeo en 2012, luego participó en los Juegos Olímpicos de Tokio y de ahí al mundial en 2022, donde Sara también fue convocada y volvieron a juntarse para competir.

Actualmente juegan juntas en el equipo de España, pero la liga de hockey la hacen separadas por sus estudios. Laura juega en el equipo Kampong, de Holanda, a la vez que estudia el máster en biofabricación 3D en la Universidad de Utrech, tras licenciarse en Ingeniería Biomédica por la Universidad Politécnica. Sara sigue jugando en el Club de Campo compaginándolo con el quinto año de Medicina en la Complutense de Madrid y haciendo prácticas en el Hospital Clínico San Carlos.

El hockey sobre hierba es uno de los deportes más desconocidos en España. «La campaña que están haciendo con este deporte es grande, pero nada que ver con la magnitud que puede tener el fútbol o el baloncesto», se quejan las Barrios. «El gran problema es la poca visibilidad que se le da ya que si tuviera más, las personas podrían decidir si les gusta o no, pero sin conocimiento no es posible».

Es un deporte bastante más exigente en comparación con los más conocidos, ya que «tener un 'tercer cuerpo', en este caso el palo y tener que manejar una bola con él es más difícil que si lo haces con tu propio cuerpo», defienden. Por eso se esfuerzan en superarse día a día. «Este deporte es muy completo, compagina la parte física con la parte técnica y nos suponía un reto porque otros deportes nos resultaban muy fáciles desde el principio. La facilidad nos llevaba al aburrimiento», confiesan.

A pesar de competir juntas nunca han tenido rivalidad entre ellas, sino todo lo contrario. «Siempre he querido que Sara llegara al máximo nivel, somos mucho mejores juntas que separadas», dice Laura. Sara opina igual: «Cuando Laura fue a los Juegos Olímpicos, todo el mundo me preguntaba si tenía envidia de ella por estar ahí, y yo estaba más contenta que ella e iba contándolo a todo el mundo por la calle». La autoexigencia les ha hecho ser unas de las mejores jugadoras de hockey. «Esto a veces, nos puede llevar a la frustración, pero también nos hace luchar por nuestros objetivos tanto deportivos como académicos», aseveran.

En este momento están entrenando con la selección española para poder ir juntas a los Juegos Olímpicos de París en 2024, a la espera de que España se clasifique y que ellas sean seleccionadas entre las 25 personas del equipo, de las que únicamente podrán ir 16 y dos suplentes. Con la selección hacen viajes de una o varias semanas donde entrenan hasta dos veces al día. «En enero nos vamos a Nueva Zelanda y Australia, casi un mes a entrenar». Al ser un deporte tan minoritario es muy complicado poder vivir solamente de ello; se puede acceder a becas como Laura para estudiar fuera; pero poco más: «No se puede vivir del hockey en España, ya que hay equipos que ni siquiera te pagan por jugar».