Juana Martín: «Me hubiera encantado vestir a Tina Turner»
La diseñadora habla de los obstáculos con los que se ha encontrado hasta cumplir su sueño y de la importancia que tuvo su padre en su vida
La diseñadora cordobesa Juana Martín, primera española en la Semana de la Alta Costura de París
Juana Martín
Juana Martín es la primera diseñadora española que desfila en la alta costura. Mujer. Gitana. Y Primera. Lo volverá a hacer el 6 de julio en París pero antes ha presentado en Madrid el vestuario del espectáculo 'Ángeles y demonios' con algunas de sus ... creaciones. Que nadie dude que Juana está en lo más alto.
—El próximo día 27 se estrena en el teatro Gran Vía de Madrid 'Ángeles y demonios' del Ballet Flamenco Dramático Musical de Patricia Donn. No es la primera vez que se sube al escenario un vestuario suyo.
—Es un espectáculo diferente donde se mezcla la danza y el flamenco y lo hace muy especial. Firmo una parte del vestuario, precisamente cuando los ángeles toman vida.
—Una historia de lucha y superación, algo de lo que usted sabe bastante.
—En la obra se trata de superar una enfermedad que por desgracia conocemos muchos. En mi caso lo he vivido con mi padre, que murió de cáncer y sé de lo que hablo. Por eso creo que teniendo salud la lucha puede ser dura pero los héroes de verdad son los que se enfrentan a una enfermedad sin perder la sonrisa.
—Al final sólo es la salud lo que importa de verdad.
—Sí. Como mujer y gitana he superado muchos baches, pero el héroe de mi vida fue mi padre por la manera mágica que asumió su enfermedad. Nos dejó un sabor de boca increíble incluso en el último momento. No hubo tristeza sino siempre un gran ánimo.
—Es la primera mujer española que desfila en París en la alta costura. Y encima gitana como suele remarcar.
—Ser la primera mujer de la historia ya supone un hándicap impresionante y si a eso le sumo el hecho de ser gitana ya ni te cuento. Es un orgullo ser la primera española que desfila en la alta costura.
—No sólo debutó sino que llegó para quedarse. El próximo 6 de julio presentará su nueva colección en París.
—En plena semana de la alta costura. Espero quedarme siempre aunque es un trabajo enorme pero independientemente de lo que pase en el futuro la verdad es que ya he hecho historia. Llevo seis años desfilando en París. Me fui con una furgoneta en plan aventura a ver qué conseguía, pero la lucha de tantos años al final es lo que importa y lo que te da la fuerza.
—Quién le iba a decir a la niña que salía con su familia en la furgoneta a vender por los mercadillos que iba a cumplir su gran sueño.
—Siempre tuve una inquietud e inconformidad. Trabajo porque me apasiona lo que hago, es especial y aunque me hayan puesto muchas zancadillas o hayan intentado pararme, al final me meto en el trabajo y pienso que la constancia y las ganas son lo que importa. El resto ha ido surgiendo. Cuando te preparas, aprendes cada día y funcionas bien con tu equipo llegas a sitios donde siempre habías soñado.
—A todo eso hay que añadir una gran dosis de talento.
—En la federación de la alta costura no hay tontos ya que se trata de la cuna de la moda. Están acostumbrados a ver muchísima obra hecha a mano y al detalle, pero buscaban algo diferente, con esencia, empoderamiento, raíces, cultura, y eso es precisamente lo que llevamos haciendo tantos años. La marca ha hecho mella y es que estamos a la vanguardia sin perder una base fundamental de la cultura.
—Siempre ha alabado el vestido de flamenca, el origen de tanto.
—Siempre he reivindicado quién soy de dónde vengo. Los españoles muchas veces huimos de nuestra identidad y es justo lo contrario de lo que he reivindicado.
—¿Se siente más cuidada en Francia que en España?
—Mucho más. En París entienden lo que hago y en España simplemente te ponen etiquetas.
—¿Hay más gitanas tras sus pasos?
—Espero que en el futuro haya muchas mujeres que se atrevan a diseñar. No sé si estoy creando escuela o puedo ayudar a otras, sería una gran satisfacción, pero sé que hay muchas personas preparándose. Las mujeres tenemos un poder sobrenatural con el que somos capaces de superar tantas barreras.
—¿Le hubiera gustado firmar el vestido nupcial de Tamara Falcó?
—No creo ser el estilo de Tamara.
—¿Y vestir a la Reina Letizia?
—Si viene a mi taller y le gusta algo sería un privilegio, pero vamos, tampoco es algo que sueñe a diario. A mí me habría encantado hacerle un diseño a Tina Turner que se nos ha ido. Tenía una fuerza tremenda que me encantaba.
—¿Y cuándo para?
—Nunca. Acabo llegar Nueva York de una exposición, el teatro, los desfiles de París…
—¿La familia lo entiende?
—Soy diseñadora pero también madre (de un niño de cuatro años), mujer, hija, hermana… Mi vida es normal dentro de todo lo que tengo. Intento cuadrar los viajes con los acontecimientos familiares y me gusta estar muy cerca de mi hijo en casi todo porque no quiero que me eche de menos.
—¿Llegar a la alta costura también da alegría en lo económico?
—Evidentemente entras en un sector internacional de estilistas, personas, distribuidores… que te abre más mercado, aunque todo cuesta mucho. Habrá quien venda mucho más que yo pero a mí la recompensa de poder estar en la alta costura es lo que me enriquece. Queremos que ese prestigio se convierta también en una línea de complementos y «pret a porter» para abrir otras vías ya que tenemos una firma de primera línea.
—¿El volante siempre resistirá?
—Un volante es un volante. Alegre y elegante.
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