La ruptura siempre será una victoria para Isabel Preysler

Como en todas estas historias hay siempre un ganador y un perdedor

Los motivos de la ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa gtres

31/12/2022 a las 02:35h.

Se termina el año 2022, un año poco apetecible, nada atractivo y de triste recuerdo. Lo que se presentó como el año de la recuperación después de la pandemia, no ha sido más que un fraude. Independientemente de una terrible guerra demasiado cerca ... de nosotros, de un drama televisado en directo y del cual no hay indicios de un final y con unas consecuencias todavía imprevisibles, la situación interior no es precisamente un camino de rosas. El ansía de acumulación de poder, intentando arrasar con las instituciones nos está llevando a un caos total, con una batería de nuevas leyes que se aprueban a contra reloj sin el preceptivo estudio sobre ellas y el natural debate que garantiza que las cosas se hagan correctamente, pero al final el caudillismo impera.

El Rey en su mensaje dejó bien claro que hay una Constitución y a ella hay que atenerse. Otra cosa es que haya voluntad de hacerle caso, porque la consigna internacional y los vientos del exterior apuntan a separatismos e independentismos.

Las exequias de la Reina Isabel II fueron una lección de categoría, de orden, de clase y de prestigio para el resto del mundo. Su familia ha dado, desde ese momento un ejemplo de unidad en torno a la figura del Rey Carlos III, con la excepción de los Duques de Sussex que no pierden ni un minuto de su existencia americana para acusar, criticar y denigrar a su propia familia, lo que no les ayuda personalmente en nada más que en engordar sus cuentas bancarias, amparándose en una torticera interpretación de la vida y de la figura de Lady Di.

Han roto su relación Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Sea cual sea la causa siempre será una victoria para Isabel Preysler. No se han casado o porque no les apetecía, o porque no podían o porque a alguno de los dos no le dio la gana. No le faltarán a ella señores dispuestos a conquistarla o simplemente a ser su chevalier servant. Jamás le han faltado sustitutos a sus rupturas. Lo que no tiene porque soportar nadie, a estas alturas de la vida, son los ataques de celos, los malos humores y las contrariedades.

No hay hijos en común, no ha habido más que un noviazgo, en casa ajena para el Nobel, no existen otro tipo de intereses y un día interpretando que «la casa es tuya y la puerta es mía, cogió el portante y se fue». Cuando se hacen esas cosas, se corre el riesgo de perder la oportunidad de volver. Como en todas estas historias hay siempre un ganador y un perdedor. Y a nivel personal, de cara a la galería, la ganadora ha sido Isabel Preysler que, aunque filipina de nacimiento es algo nuestro, muy español. Nos ha vendido bombones y cuartos de baño, hemos vivido sus historias amorosas con pasión, hemos opinado sobre su manera de vestir y ha sido y ahora sigue siendo, tema de conversación. Familia y amigos, edad y atractivo juegan a su favor. Una vez más España vibra con esta historia. Vargas Llosa tiene ahora el argumento para escribir una novela sobre los ocho años junto a quien le transportó a un mundo que no era el suyo. Es tal vez uno de los más populares galardonados por la Academia Sueca y en gran parte es debido, sin desmerecer su obra, que eso es cosa aparte, a los últimos ocho años de su vida personal por el interés que ha suscitado la persona con la que ha vivido. No ha sido lo mismo que acudiera a un acto solo que acompañado, para que la noticia tuviera mayor difusión. La realidad es así.