Expulsión inmediata de Estados Unidos: el grave problema al que se enfrenta el Príncipe Harry

Así lo indicó el diario británico 'The Times', que aseguraba que padre e hijo habían mantenido un «cálido intercambio» de mensajes desde que se hizo pública la enfermedad del Rey y que, como quinto en la línea sucesoria al trono británico y consejero de Estado, estaba dispuesto a asumir tareas reales temporalmente mientras el Rey se encuentre indispuesto por someterse a un tratamiento contra el cáncer. «En todos los niveles prácticos, tiene todo el sentido que la familia se una para apoyar al rey mientras está enfermo», señaló el medio.

Sin embargo, la respuesta por parte de la Casa Real británica le sentó como un jarro de agua fría al recordarle que no podría ejercer un cargo real dentro de la monarquía debido a los términos acordados cuando abandonó oficialmente sus funciones en 2020. Pese a todo, el Príncipe Harry voló a Londres el pasado 6 de febrero sin su esposa, Meghan Markle (42 años), ni sus dos hijos, Archie, de 4 años, y Lilibet, de 2, para visitar a su padre. Un breve encuentro en la residencia de Clarence House que duró menos de una hora antes de que Carlos III partiera a su residencia en Sandringham para descansar.

Un desprecio por parte de su país de origen al que se esta semana se le ha añadido uno nuevo: el de Estados Unidos, el hogar que escogió para formar una familia junto a la exactriz, concretamente en Montecito, en California.

Al parecer, la solicitud de residencia que solicitó Harry sigue generando controversia entre los estadounidenses. Todo a raíz de las confesiones que realizó en su libro de memorias 'En la sombra', en el que asegura que durante un tiempo coqueteó con las drogas, motivo por el cual técnicamente podría terminar con su expulsión del país. En un primer momento, el Departamento de Seguridad Nacional negó la solicitud de un grupo de expertos de la Fundación Heritage que habían pedido que se hicieran públicos las declaraciones y documentos del servicio de inmigración para conocer si había declarado ante los funcionarios de aduana que había consumido drogas antes de vivir en Estados Unidos.

Finalmente John Bardo, abogado de la administración de Joe Biden, que hace frente a las demandas de su expulsión, consideró que la propia palabra del Príncipe Harry no era considerada como «prueba» de que realmente hubiese consumido sustancias ilegales. El letrado opina que esta 'confesión' podría tratarse únicamente de una iniciativa para «vender más»: «El libro no es un testimonio jurado ni una prueba. Decir algo en un libro no necesariamente lo convierte en verdad», asegura Bardo. Una conclusión que Nile Gardiner, director de la Fundación Heritage, considera «un argumento ridículo», pues que Harry «nunca ha negado nada en su propio libro, incluido el uso generalizado de drogas».

cabe recordar que el duque de Sussex llegó al país con una visa de 'categoría A', reservada únicamente para el cuerpo diplomático y representantes de gobiernos extranjeros. Motivo por el cual Samuel Dewey, abogado de la citada fundación recuerda que Harry debería hacer trabajos para su gobierno y no para su propio beneficio: «Sin el propio Rey, no se puede venir aquí a trabajar», sentencia recordando que «vendió todos los aspectos de su vida privada por, según algunas estimaciones, más de 135 millones de dólares».