Doña Sofía acude a Atenas para dar el último adiós a su tío Miguel de Grecia

Doña Sofía y la Princesa Irene, que ha accedido al reciento en silla de ruedas, también han asistido a la misa para dar el último adiós a Miguel de Grecia. Entre las personalidades que estaban presentes en el Primer Cementerio de Grecia ha destacado Marava Grabovski-Mitsotakis, mujer del Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, quién ha enviado una ofrenda floral como muestra de respeto. Por su parte, los Reyes de España, quienes han permanecido en Mallorca debido a sus obligaciones institucionales, han enviado una corona de flores.

Tras la ceremonia, el féretro ha sido trasladado al cementerio real ubicado en el corazón de la finca de Tatoi, al norte de Atenas, y donde descansan los restos mortales del Rey Jorge I y, entre otros, los de Pablo I y Federica, padres de Doña Sofía.

Durante el último año y medio, las visitas de Doña Sofía a Grecia han sido, principalmente, para acudir a funerales; en enero de 2023, fallecía su hermano Constantino, el último Rey de Grecia. El pasado invierno Doña Sofía volvía a viajar a Atenas, esta vez acompañada por las Infantas Elena y Cristina, para conmemorar el aniversario de la muerte de su hermano. Ahora, ha viajado para despedirse de su tío segundo, con el que tenían una relación muy estrecha.

La Familia Real griega fue derrocada en el año 1974, tras la caída de la Junta de los Coroneles y la celebración de un referéndum en el cerca del 70% de los griegos votaron a favor de la república y en contra de la monarquía a la que consideraban traidora por haber reconocido el golpe de estado. La familia real helena se exilió en un primer momento a Roma, para más tarde establecerse en Londres. Constantino nunca reconoció el resultado del referéndum de 1974 por el que se proclamó la Tercera República Helénica y, por esta razón, no pudo regresar a Grecia hasta la década del 2010, 46 años después de que partiera hacia el exilio.

En el año 1994 el Gobierno socialista de Andreas Papandreu retiró la nacionalidad griega a la Familia Real y expropió sus bienes. Finalmente, en el año 2003, Constantino consiguió que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconociera que Tatoi y otras propiedades pertenecían a la familia real helena y obligara al Estado heleno a pagarle una indemnización de 13,2 millones de euros. Miguel de Grecia era el único miembro de la familia real helena que consiguió recuperar la nacionalidad y el apellido. Durante los años de la dictadura de los Coroneles, fue el único miembro de la familia real que no abandonó Grecia.

En 1873, las faldas del monte Parnés, a unos 20 kilómetros al noroeste de Atenas y en el corazón de un ecosistema único formado por cientos de especies autóctonas, la familia real adquirió los terrenos que más tarde se convertirían en la Finca Real de Tatoi, un auténtico paraíso terrenal donde doña Sofía pasó parte de su infancia. El complejo, compuesto de cuatro unidades: la palaciega, la de gestión y producción agropecuaria, la de residencia y el cementerio.

Con la Familia Real en el exilio, en febrero de 1991 varios camiones de mudanzas accedieron a la finca de Tatoi llevándose innumerables objetos. En 1994, Andreas Papandreu nacionalizó los bienes de la finca y, desde ese momento, la finca quedó abandonada a su suerte. Al no contar con la protección adecuada, la zona sufrió durante décadas la acción de expoliadores del patrimonio, que llegaron a llegarse hasta el papel de las paredes que decoraban las estancias más lujosas del palacio o las balaustradas de mármol que decoraban la piscina.

El terremoto del año 1999 dañó gravemente la estructura de muchos de los edificios del complejo pero el golpe definitivo llegó el verano de 2021, cuando un incendio forestal redujo a cenizas varios inmuebles, los campos de cultivo, miles de árboles y provocó daños graves en el cementerio real. En la actualidad en la finca se está llevando a cabo un ambicioso plan de reconstrucción de la finca, la construcción de un museo, un hotel y un centro de congresos.

Miguel de Grecia, historiador y escritor y último nieto vivo del rey Jorge I, falleció en Atenas el pasado sábado a los 85 años.